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Publicado por
JOSÉ ENRIQUE MARTÍNEZ
León

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Variaciones de la luz

Diana Bellessi. XXXII Premio de Poesía Ciudad de Melilla. Ed. Visor, Madrid, 2011. 204 pp.

Diana Bellessi, poeta argentina nacida en 1946, es una de las figuras más eminentes de las letras hispanoamericanas. Como los demás escritores de su edad, padeció la dictadura militar (1976-1983) y su poesía no se mantuvo quieta, ni la poeta tampoco, pues viajó por todo el continente americano. Son dos huellas que marcaron su poesía, la cual abrazó también la causa del feminismo. En España conocíamos una antología suya titulada La voz en bandolera , publicada en 2007. Dos años después reunió su obra en Tener lo que tiene ; ahí puede leerse una poética en la que afirma que «la poesía está simplemente ahí y no tendida / como una reina sino en constante / transformación de eso que miramos». Mirar para renovar nuestra visión del mundo, de lo que nos rodea, es lo que hace precisamente en Variaciones de la luz , objeto de esta reseña. No es esta una poesía a la que estemos acostumbrados. Tenemos que aceptar que hay otros ritmos y, sobre todo, otro fraseo que acaso nos desconcierte, pues cada poema, en general de no pequeña extensión, es una sola frase que va enredándose y abriendo caminos inesperados y que no necesita puntuación, acaso como signo externo de una continuidad tanto poética como de visión del mundo. Tampoco estamos acostumbrados a libros de poemas tan extensos como éste. Los poemarios españoles no llegan a las cien páginas, frente a la abundancia que caracteriza a Bellessi y, en general, a los poetas del otro continente, de voz e inspiración poderosas, aunque aluda a las cosas sencillas de la vida. En lo pequeño hay belleza y gracia, y un halo de misterio que no deja de asombrarnos. Se trata de mirar y admirar, y de aprovechar «el carpe diem de cada día», la gracia de lo que nos rodea: la luz, la lluvia, el cambio estacional, el canto de los pájaros, «el misterio del gris entre los árboles», la nube que pasa, la luz del atardecer, las hojas del otoño, el polen que cae «en finísima arena», el pájaro que equivoca su vuelo... «Lo pequeño no es menos que lo grande», «prefiero siempre quedarme en lo más pequeño», el placer de lo pequeño que parece hecho porque sí»... Son versos de Bellessi, la cual expresa su afectividad hacia los seres más frágiles y breves, como los pájaros, sobre todo los pajarillos, pues le gustan los diminutivos emotivos, como pavitas de monte, torditos, ranitas, etc. «La vida me arrebata / cuando veo una gallineta con sus tres polluelos picoteando rápida», escribe. Es una poesía que vive en connivencia con lo menudo, una poesía a la que no le importa que la tachen de anacrónica. Son, como dice la poeta, «historias de resurrección». Y así es por una doble razón: ellas salvan la continuidad de los días y el sucederse de las horas (de ahí la impregnación temporal); por otro lado, la poesía las salva a esas historias de su ser casi nada para transformarlas en la «magia de la vida» por medio de «la magia inesperada de la palabra».