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«Me gusta que las novelas entretengan»

l. El argentino Eduardo Sguiglia publica ‘Ojos negros’, sobre el opaco mundo de los diamantes. OJOS NEGROS Eduardo Sguiglia Editorial Siruela

juan ferreras

Publicado por
alfredo valenzuela
León

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El escritor argentino Eduardo Sguiglia, autor de Ojos negros (Siruela), cuya intriga se ambienta en la región angoleña productora de diamantes, ha dicho que «el mundo de los diamantes puede concentrar lo peor del ser humano, la explotación, la codicia, la ilegalidad».

«El mundo de los diamantes es tremendamente atractivo, por lo que tiene de lejano para la gente común, por esa facultad del diamante, esa ilusión de poder y riqueza que tienen los diamantes, pero cuando se corre el velo y se ve cómo se producen y cómo se comercializan uno se encuentra con horrores», asegura. Economista, profesor universitario y diplomático, vivió tres años en Angola como embajador de Argentina, en un periodo del que ha confesado: «Me abrió los ojos a un mundo que no conocía, fue una experiencia impresionante».

El escritor cree que el África subsahariana necesita «buenos gobiernos, paz y cooperación internacional», mientras recuerda que «la explotación colonial fue una salvajada porque se desarticularon las economías, se expoliaron los recursos y se desintegraron las sociedades, por lo que el proceso de reconstrucción social será un proceso histórico, de años».

Sguiglia ha recurrido a un dato reseñado por Kapuscinski para dar una idea de la devastación africana: «Cuando los portugueses se marchan de Angola, sólo se quedan dos médicos para toda la población».

El protagonista de Ojos negros es un «argentino desempleado y al borde de la ruina económica», un perfil que se hizo frecuente con la última crisis económica que azotó ese país, cuando, según Sguiglia, los argentinos «emigraron a donde fuere y a ganarse la vida como diera lugar», e incluso él mismo se los cruzó en Angola en los tres años de su embajada.

En Ojos negros, su autor se ha propuesto compaginar «la aventura y la literatura» desde el convencimiento de que crear un argumento «que genere tensión no es nada ajeno a la literatura». «Me gustan las novelas que cuentan una historia, que me entretengan y que estén bien escritas... Toda novela cuyos personajes viven peripecias fuera de su ambiente natural es una novela de aventuras».

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