Felices ironías del fracaso

De felices literariamente pueden calificarse sin duda estos relatos de Miguel Paz Cabanas, dueño de los secretos del género. Es incuestionable que el fracaso goza de un abundante y sugestivo aprovechamiento literario: el hombre se encuentra al borde de lo humano y el escritor rentabiliza esa delicada tesitura. El caso de Paz Cabanas se enriquece con el variado tratamiento de los personajes, el espacio y el tiempo. La versión de Lucifer, introito literario de la obra, es la confirmación más precisa. La misma variedad se observa en los recursos formales, que incluyen desde largas narraciones hasta breves visiones poéticas con ecos de elegía, como se observa en el hondo lirismo de El olor de los árboles. No faltan elementos de interpretación surrealista que dotan a ciertas narraciones de una llamativa expresividad. El título anticipa alusiones a personajes y a profesiones de la obra, como se observa en la figura angélica del primer relato y en la misión grotesca y alucinante de los detectives de Dos hombres y un destino. Sin renunciar a ninguna persona narrativa, abundan las evocaciones en primera persona, en boca a veces de personas deficientes, cuya mirada del mundo se plasma en una visión desagarrada y dramática, palpable por ejemplo en La salmodia de los jardineros, con la desolación de ese narrador, que busca «un lugar donde los hombres, antes de morir, cuidarían su alma con la ciencia insolente de los jardineros».

Recursos clásicos como la prosopopeya sirven de apoyo inesperado para un desenlace, humorístico casi, como es el de Pasoslargos, relacionado de alguna manera con El lanzador de cuchillos. No estás ausente el recurso metaliterario, tratado con finura en El fracaso de los prologuistas y que no está lejano al final de Una llamada oscura. Por su original y descoyuntado contenido, sus escenarios y sus recursos esperpénticos merece un lugar de honor El temblor del cosmos o el origen de los dj’s. Es posible que a muchos lectores no les resulte la mejor pieza de la obra, pero no importa; abundan relatos espléndidos a los que se puede recurrir y con en los que hallará motivo para el disfrute estético.