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Vuelven los ‘jichos’ de la infancia

l. Reeditan a Lafuente Estefanía, el escritor que marcó a una generación. las novelas de marcial lafuente estefanía marcaron a toda una generación. los niños de la postguerra crecieron amando a sus ‘jichos’...

Publicado por
por verónica viñas
León

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Ha vuelto. Marcial Lafuente Estefanía es un nombre ‘sagrado’ para la generación de postguerra. Sus novelas le convirtieron en uno de los escritores más populares en la España de los años cincuenta, en la que los jóvenes leían aquellas historias de forajidos y vaqueros y las chicas los romances de final feliz de Corín Tellado. Era tan rápido escribiendo como sus protagonistas desenfundando el revólver. Sus novelas, en ediciones baratas, se cambiaban en los quioscos y permitieron alimentar las ilusiones de los jóvenes lectores en una época en la que hasta soñar estaba prohibido.

La editorial andaluza Almuzara ha decidido rescatar algunos de los títulos más emblemáticos del escritor toledano, empezando por La hora de las hogueras y Los visitantes de la madrugada.

Novelas de acción, sin largas descripciones, con diálogos cuidados, que hicieron amar la literatura a muchos jóvenes, que podían oler la pólvora desde la primera página. Lafuente Estefanía llegó a escribir más de 3.000 títulos, algunos de ellos en prisión, ya que fue oficial de Artillería del Ejército Republicano en el frente de Toledo y tras la guerra decidió no exiliarse, por lo que fue enviado a la cárcel varias veces. Fue en una de estas reclusiones cuando comenzó a escribir de forma más concienzuda, aprovechando trozos de papel que conseguía aquí y allá: «Empecé a escribir prácticamente en un rollo de papel higiénico. No tenía cuartillas, no tenía pluma; entonces decidí utilizar el lápiz y el papel de retrete. Estaba en una sala de uno de los hoteles en los que me recluyó el Gobierno», afirmaba el autor.

Sin duda, la decisión de Almuzara de reeditar a un escritor olvidado en los últimos años permitirá a sus seguidores rescatar aquellos libros de la infancia, publicados entonces en papel vulgar y una edición que, tras pasar por cientos de manos en aquel ‘trueque’ de quiosco, acababan siendo ilegibles. Entre manchas de chorizo y hojas desencuadernadas muchos jóvenes aprendieron geografía de los Estados Unidos y los tipos duros que vagaban por aquellos parajes inhóspitos. Curiosamente, el autor tenía como fuente de inspiración el teatro clásico español del Siglo de Oro.

Sus primeras novelas las firmó bajo los pseudónimos de Tony Spring y Arizona, pero luego publicó ya siempre con su nombre verdadero o las siglas M. L. Estefanía.

Durante la Guerra Civil, Enrique Jardiel Poncela le dio un consejo que Estefanía jamás olvidó: «Escribe para que la gente se divierta, es la única forma de ganar dinero con esto».

Curiosamente, las novelas de Marcial Lafuente Estefanía no sólo fueron un éxito en España, sino también en Estados Unidos. Por ello, el escritor cuidaba mucho la verosimilitud histórica, la geográfica y la botánica del Oeste norteamericano, para lo cual recurría a tres libros en particular: una obra muy completa de historia de Estados Unidos, un atlas muy antiguo de este país, donde aparecían los pueblos de la época de la conquista del Oeste, y ponía nombre a sus personajes por una vieja guía telefónica estadounidense.

Sus novelas tenían cien páginas, llegó a escribir una por semana y costaban cinco pesetas. Toda una tentación para nostálgicos...