El lado oscuro de las casas de muñecas
l. Patricia Esteban y Sara Morante colaboran para mostrar la belleza de lo siniestro. LIBROS
La zaragozana Patricia Esteban Erlés, maestra del cuento, y la ilustradora Sara Morante conocieron sus respectivos trabajos en Facebook y a partir de ahí decidieron crear una Casa de muñecas , un libro de microrrelatos sobre la belleza de lo siniestro, a través del símbolo de la muñeca.
Así, Casa de muñecas , publicado por Páginas de Espuma, es una especie de libro de relatos góticos, de «parada de los monstruos», de belleza convulsa sobre la parte más oscura del ser humano, de los sueños que desde niño va albergando la mente y que no se dejan ver así como así, según dice a Efe Patricia Esteban Erlés (Zaragoza, 1972) profesora y autora de «Abierto para fantoches», Premio de Narrativa Santa Isabel de Aragón, Reino de Portugal. «Lo onírico es una parte del ser humano y lo que he querido es mostrar ese lado oscuro, esos miedos y fobias que albergamos a través de algo que me fascina, que son las muñecas, que tienen la belleza de lo eterno de la vida inanimada y un lado bastante oscuro», precisa Erlés.
Jugamos. Yo le arranco sus ojos azules y los coloco en la palma de mi mano, como si fueran canicas. Él me cuenta qué ve», escribe la autora de Vivo o muerto, Perturbaciones o Azul ruso , entre otros títulos. Una casa de muñecas es ideal para la metáfora. Es un falso juguete, en opinión de la escritora. «Alberga todo el ambiente victoriano y por otro lado es el centro doméstico por excelencia, el lugar donde se ha movido la mujer desde hace siglos. Es el espacio donde se realiza la vida familiar y donde se encierran todos los fantasmas», precisa Esteban Erlés, quien pone una lupa de aumento deformante para que los lectores vean con más nitidez, si cabe, las relaciones íntimas, las maritales, o la situación de la mujer dentro de la alcoba, como así refleja el relato Terapia nupcial.
Es un libro con diez habitaciones y cien textos, con ecos infantiles, literarios, artísticos y cinematográficos. Una casa de muñecas con un dormitorio, armarios; un baño con mujeres atrapadas en el espejo, un salón comedor, un cuarto de juguetes lleno de niñas, una biblioteca, una cocina o un desván alto y oscuro, con un rincón maldito donde caben todos los miedos.
Unos conmovedores textos que dialogan perfectamente con las ilustraciones que aumentan y acentúan la profundidad de los textos literarios.
Un libro para identificarnos con el monstruo que todos llevamos dentro, gracias también a la labor de la ilustradora Sara Morante Premio Nacional de Arte Joven, en ilustración, en Cantabria y formada en España e Irlanda. La artista utiliza el color magenta y el negro para darle un tono más femenino y siniestro, para combinar la delicadeza, lo tierno, con lo más oscuro y macabro que destilan los cuentos.
Unas ilustraciones hechas desde la conciencia de ser mujer, y que Sara Morante también ha simbolizado en otro muñeco, Pinocho, como el símbolo del sometimiento de la mujer en determinadas sociedades, argumenta a Efe la ilustradora. Tanto Patricia Esteban Erlés como Sara Morante, que han establecido su unión artística a través de Facebook, coinciden en señalar que las redes sociales han contribuido a ampliar mucho más el campo de conocimiento y el artístico. «Ha sido fantástico trabajar juntas. Lo hemos hecho todo en un trabajo abierto a todos, con los textos y los dibujos que nos íbamos intercambiando por internet. Las redes sociales son muy buenas para la creación. Conoces a mucha gente del gremio que de otra forma no hubiera conocido».