poesía
Soy tiempo, modo y voz
Yo que tú. Manual de gramática y poesía Juan Vicente Piqueras Difusión, Barcelona, 2012. 126 páginas.
Y o que tú es el libro último de Juan Vicente Piqueras, profesor y poeta de Levante, donde actualmente se escribe parte de la mejor poesía del momento (con Brines, el fallecido Velasco, Gallego, Marzal, Cabrera, Sánchez Rosillo, etc.). Título tan sorprendente como Yo que tú, con un subtítulo aun más extraño, Manual de gramática y poesía , requiere una explicación que el autor da en un sabroso prólogo en el que, tras declarar su anterior cargo de conciencia porque la gramática le quitaba tiempo a la poesía, acabó comprendiendo que «poesía y gramática se alimentaban mutuamente»: «Me doy cuenta con gratitud cuánto debe a la poesía mi enseñanza de la gramática, y en general de la lengua, y de cuánto le debe mi poesía a la reflexión (y a la emoción) gramatical».
En esta explicación obra el amor por la palabra en todas sus vertientes, por la poesía, por estos poemas que «tienen su origen, su misterio y hasta su herida, en la gramática», no entendida, claro está, como norma previa, sino como «reflexión sobre lo dicho y escrito, lo escuchado y lo leído, y hasta lo meditado», en suma, como «un tratado del alma». Es la devoción por la palabra que presuponemos en todo poeta que se precie. ¿Y qué otra cosa que devoción y meditación poética es Yo que tú ?
Pensar poéticamente los aspectos tediosos de la gramática: eso es Yo que tú. Y pensarlos con ingenio, dándoles un alcance vital insospechado: «Yo es el lugar de encuentro / de la conjunción copulativa / con la disyuntiva. Yo / vive entre lo que une y lo que separa». El adverbio «cuando» resume el sentido temporal de la existencia. «Nadie» es palabra «luminosa, lleva dentro el mar, / las dunas del desierto, el mediodía...»; los tiempos condicionales expresan lo que no somos pero hubiéramos querido ser; «aquí» es la costumbre, «ahí» expresa «esos lugares donde estás sin mí», y «allí», el espejismo del deseo.
Todos los signos gramaticales van recibiendo interpretación poética y vital, comprendiendo al fin que la gramática es la vida, que «todavía» es palabra en la que fluye nuestra vida, que los imperativos nos rigen, que Babel sigue existiendo.
Un libro como este tiene también mucho sesgo ingenioso, como es la propuesta de una dieta lingüística, por ejemplo, los juegos de palabras o la invención de palíndromos como «se es o no se es» y «amo la pacífica paloma». Lo importante es que Yo que tú es, finalmente, mas un manual de poesía que de gramática.