Diario de León

Lo mismo que el silencio

tantas lágrimas han corrido desde entonces Alfons Cervera Montesinos, Madrid, 2012. 156 pp.

Publicado por
nicolás miñambres
León

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Una docena de novelas de calidad, y de hondo compromiso social, no parecen motivo suficiente para que el valenciano Alfons Cervera alcance una merecida popularidad. Todo ello se hace palpable en Tantas lágrimas…, una crónica desolada del exilio y de la emigración, documento preciso de que el dolor de abandonar la tierra nunca queda superado. La obra (narrada en primera persona por un personaje que puede ser un alter ego del autor) se desarrolla en veinticuatro horas, tiempo que el narrador tarda en venir desde Orange, la ciudad francesa en la que vive, hasta Yesares, su pueblo de nacimiento. La experiencia incluye el rescate de los recuerdos de toda una vida, que se inicia con esa foto de presencia simbólica en varios pasajes: «con aquella fotografía anónima en la estación de trenes, con mi madre y yo asomados a la ventanilla…» (p. 62). Los recuerdos se bifurcan de forma simétrica entre la ciudad francesa (con el Café des Glaces y la casa del Canal) y Yesares, localizado en la casa de la difunta y La Agrícola, sin olvidar el Cine Musical. Los dos escenarios sirven de marco a la tristeza de los exiliados de la guerra y los emigrantes de los años sesenta. En el bar de Émile se evocan los recuerdos para alimentar la nostalgia, sin perspectiva de alcanzar fruto alguno, mientras en un rincón Antonella, una misteriosa mujer, escribe sus cuartillas…¿ tal vez sus recuerdos también?

La obra, en su brevedad, esconde una gran hondura literaria, que incluye desde la plasticidad estilística hasta las abundantes referencias literarias presentes en el «Epílogo» y en «De otros sitios». No faltan curiosos guiños metaliterarios, con la presencia del propio autor y de su amigo el novelista Manuel Talens.

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