Diario de León

Clara Sánchez ganadora del premio planeta

«Los vampiros prefieren hoy las neuronas a la sangre»

«Si impera la desconfianza nuestro mundo se derrumba, y ese sentimiento se está haciendo colectivo. Puede que nos acostumbremos a ella sin dar batalla». Lo lamenta Clara Sánchez (Guadalajara 1955), ganadora del LXII premio Planeta con ‘El cielo ha vuelto’, una indagación sobre la desconfianza y sus estragos individuales y colectivos.

andreu dalmau

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Publicado por
miguel lorenci
León

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E l cielo ha vuelto es una indagación sobre la desconfianza y sus estragos individuales y colectivos. Es una intriga con ritmo de thriller que se enmarca en el mundo de la moda y las pasarelas. Patricia, una atractiva modelo inspirada en una profesional real, es «el personaje mas humano que he creado».

Se mueve en un mar de dudas, incertidumbres y temores desde que un enigmático personaje le advierte en un avión de que alguien desea matarla. «Pelea por saber quién es», resume su creadora.

«Lo tiene todo, pero la desconfianza la debilita: es la misma desconfianza que se ha instado en toda la sociedad y que me lleva a penar si eso nos conducirá a la crueldad o la lucidez, a la debilidad o a la fortaleza», reflexiona la escritora alcarreña, que con su novela número doce se embolsó los 601.000 euros del premio mejor pagado y se convierte en la 14 ganadora del Planeta.

«Si no podemos confiar en nada, ni en el director del banco de la esquina, ni en los políticos, ni en tu entono mas inmediato, si la desconfianza se hace colectiva, la situación es insostenible», resume. «Solo se benefician esos vampiros que manejan ese sentimiento en su favor y que han cambiado su sed de sangre por la de neuronas», dice.

Sin militancias

Asegura que es un novela muy apegada a la realidad. «Me interesa el presente, lo que nos inquieta de la actualidad y escribo novela para entenderla, para calibrar qué se nos va con cada segundo de vida». «El pasado remoto no me interesa como narradora. No me sirve para meditar sobre el mundo en que vivimos y sobre lo que nos pasa», apunta.

«No hago novelas militantes. Cuento lo que nos pasa. Creo personajes que se encuentran entre fuerzas que no controlan, que les dominan y se preguntan qué deben hacer y qué camino segur». «Todos necesitamos saber qué nos ocurre y por donde tirar y mis personajes están en atmósferas en las que uno se siente manipulado. Hablo siempre de manipulación, desde la emocional a la de los poderosos, de las que nadie está a salvo», aclara

«El encanallamiento, la desvergüenza de la corrupción, eso es lo que me horroriza y me avergüenza. La indignidad de los políticos, desalmados muchos que no piensa en sus votantes, los banquero que roban... Veo las víctimas de las preferentes y se me cae el alma a los pies». «Si además de la desconfianza impera la codicia, es que hemos perdido la fantasía de la imaginación. Si pasáramos más tiempo soñando nos daría menos por robar al de al lado», arguye.

La desconfianza

No cree la premiada escritora -Alfaguara y Nadal antes que Planeta- que la alternativa sea una revolución. «Pero algo debe pasar». «Hay que ser más exigentes, establecer mecanismos de control eficaces y fuertes y exigir trasparencia», reclama. La misma desconfianza se ha instalado en la vida de Patricia, la protagonista, que hace agua y debe ponerse a salvo e ir desenmascarando las amenazas. «Si sospechas del de al lado se desencadena esa desconfianza que paraliza y alienta la sensación es que no puedes seguir adelante». «No somos lo que parecemos y nos aterra enfrentarnos con la verdad», resume. Quería sentir a través del personaje «qué pasa cuando no puedes fiarte absolutamente de nadie».

La modelo le ha permitido recorrer «una de esa aventuras humanas en las que la mente se dispara porque en su vida sucede algo imprevisto y se desata unos mecanismos psicológicos para abordar la nueva realidad que te asalta». «El problema -insiste- es si esa desconfianza nos hace más crueles o más lúcidos, y hacia dónde nos puede llevar un sentimiento tan potente como el que nos domina ahora mismo». «Cuando nos han timado, ¿somos más cabrones o más inteligentes?». ¿Nos someteremos o creceremos?, se pregunta. «Me temo que somos muy acomodaticios y nos acostumbramos a todo. A lo peor nos acostumbramos a la desconfianza sin dar la batalla», lamenta.

La inspiración

El chispazo surgió mientas hojeaba una revista de moda en la peluquería en la que vio a una atractiva modelo «que posaba de una manera lánguida».

«El alma siempre encuentra resquicios por donde escaparse y noté algo extraño en su mirada: estaba asustada». Quiso saber qué ocurría en la vida de la joven y darle voz. «A menudo los medios niegan la voz a las personas más visibles, com Kate Moss por ejemplo, que está en la cima de la imagen pero casi nadie sabe qué piensa, cómo suena su voz o cuál es su vida».

Patricia pelea por un lugar bajo el sol, «por saber quién es». «Perciba a su familia de otra manera; detecta que hay personas en su alrededor que la vampirizan y se fija en cosas en las que yo no me fijaría». «A los vampiros de hoy, más que la sangre, les gustan las neuronas», reitera Clara Sánchez aclarando que El cielo ha vuelto « no es un crónica ni de un ensayo sobre la moda». «Todo gira en torno al amor y en este caso Patricia tendrá que averiguar quién de las personas de su entorno no la quiere y desea su muerte».

No es una novela negra, pero la intriga hace avanzar la trama «psicológica y argumental» en clave de thriller. «El ritmo es crucial. Escribo novelas con un dimensión moral, no ensayos sociológicos, y tienen que entretener además de invitar a reflexionar. Trato de decir lo máximo con lo mínimo», resume la escritora

Cree que esta novela «se podría llevar bien con el cine» y espera que tenga la misma aceptación que ‘Lo que esconde tu nombre’, la ganadora del Nadal que solo en Italia y Alemania ha vendido más de medio millón de ejemplares. «En Italia lleva cuarenta ediciones y las ventas de todas mis novelas supera el millón de copias», se ufana.

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