Dos casi palíndromos
solitarios José Manuel de la Huerga Menoscuarto, Palencia, 2013. 220 pp.
Son, y permítaseme el neologismo, dos casipalíndromos», escribe José Manuel de la Huerga al final la obra, integrada por dos nouvelles . Berta y Félix, sus protagonistas respectivos, son «seres, hasta cierto punto débiles e inseguros, implicados en la búsqueda de la felicidad a través del azar». Y lo son, tal vez, por la profunda soledad en la que viven, en esa ciudad castellana, que a muchos lectores hará pensar en Zamora. Pero la soledad de ambos tiene en cada uno de ellos una materialización subjetiva muy distinta. El fantasmal embarazo de Berta, protagonista de Ultramarinos El Pez de Oro la lleva a iniciar un largo viaje en tren hasta Lisboa en compañía de Cachelo, su hijo, sordo de nacimiento. Su experiencia portuguesa resulta inesperada, cosmopolita, con el descubrimiento del padre de Cachelo y una intensa vinculación con la pintura a través de los cuadros de Mada. Son cuadros que sirven de pretexto al escritor para exponer brillantes impresiones pictóricas. Es una experiencia que no carece de situaciones de cierto surrealismo, lo cual explica que el lector no sepa hacia dónde dirigirán sus pasos al final de la obra. Naipe de señoritas informará al lector de que Berta y su hijo han vuelto a la ciudad. En ella vive Félix, un pobre hombre satisfecho con su monotonía erótica a través de los naipes, sólo aliviada por la presencia de Eva María Rodríguez compañera de estudios juveniles y que hará vivir a Felix turbulentos sueños eróticos.
La llegada de Lola, su nueva asistenta futura esposa, será para Félix la encarnación de sus obsesiones amorosas que tienen su origen en esos naipes manoseados desde su adolescencia, que provocan una inquietante revolución infantil en su hija Samantha. Al final queda un extraño temor: ambos, Berta y Félix…han cambiado de vida, pero no de obsesiones, simbolizadas en ambos personajes en la presencia de los naipes.