josé maría merino
Los frascos que guardan la esencia leonesa
Escritores y editores eligen los títulos, antiguos y modernos, que mejor reflejan la entraña de esta tierra. fascinado ante un pasado tan espléndido como ausente, el leonés ha reflexionado sobre el ser de su región en cien novelas, tratados, guías y ensayos que nunca pasarán de moda
A falta de otros florecimientos, el Viejo Reino ha venido siendo espacio fertilísimo para la literatura, una suerte de justicia poética gracias a la cual el escaso —o al menos decreciente— pulso económico y social leonés se ha visto equilibrado con verdaderas mareas vivas de letra impresa. Un oleaje que no sólo ha venido documentando las formas de vida en nuestras comarcas desde la Historia o la Antropología sino también ahondado en su esencia creativamente, según las leyes de la ficción. De ahí que existan gran número de títulos que permiten conocernos, a nosotros mismos y el paisaje que nos rodea, a fuerza de talento, pulso y conocimiento intenso del país. Varios autores y editores eligen para el Filandón aquellos que, a su juicio, resultan más esclarecedores a la hora de entender qué es, que ha venido siendo y que puede llegar a ser León y lo leonés... lecturas con arraigo en valles, riberas y sotomontes para comenzar el 2014.
El novelista y académico de la RAE José María Merino tiene muy claro su listado: «Creo que estos libros que aquí ofrezco conforman un solidísimo fundamento para entender la personalidad profunda de nuestra tierra, desgraciadamente tan olvidada, y hasta menospreciada, en los tiempos que vivimos en nuestra atribulada España», avisa, antes de enumerar: España y los españoles hace dos mil años , según la ‘Geografía’ de Estrabón , de Antonio García y Bellido; Los pueblos de España y Los pueblos del norte , ambos de Julio Caro Baroja; Orígenes del Reino de León , de Julio Puyol; Los fueros del Reino de León , de Justiniano Martínez; y Ensayo sobre las pugnas, heridas, capturas, expolios y desolaciones del viejo reino, en el que se apunta la reivindicación leonesa de León , de Juan Pedro Aparicio.
Más heterodoxas o más pegadas al barro cotidiano son las que aporta el editor José Antonio Martínez Reñones. Uno de esos títulos es, para él, la trilogía de José Cabañas sobre la historia de los pueblos del sudoeste provincial, desde el comienzo del siglo XIX hasta la caída de la Dictadura. «Porque no existe en ninguna parte de España, sobre un territorio concreto, un trabajo historiográfico tan abundante, preciso y comprometido». Y en su sumario aparecen también los tres libros de David Díez Llamas ( El proceso autonómico leonés , La identidad leonesa y La personalidad leonesa (éste inédito), idóneos «para conocer y entender lo que le ha sucedido a León como pueblo, como región histórica y como el actual ente gaseoso que es», así como ¿Qué es la cultura leonesa? de Javier Callado, «aportación valiente y sugestiva con la que entrar al debate de lo que puede que fuéramos, de lo que puede que seamos y de lo que quizás puede que no lleguemos a ser». Pero en los puestos de cabeza consta una primicia: «Las ‘obras incompletas’ de Pedro García Trapiello que a partir de febrero comenzaremos a publicar en Lobo Sapiens. Porque Trapiello, este Trapiello, es de las pocas voces de raíz que habría que salvar en caso de incendio, inundación o peste de las artes leonesas; como testimonio, en este territorio, de un tiempo de cambios (casi siempre a peor)».
Repaso exhaustivo
Por su parte, Nicolás Miñambres, catedrático de Literatura y crítico de este periódico, echa la vista atrás y repasa de forma exhaustiva: «Del padre Manuel Risco, Iglesia de León y monasterios antiguos y modernos de la misma ciudad . O su Historia de la ciudad y corte de León, y de sus reyes (ambas de 1792, de las dos existen ediciones facsimilares). O la obra del padre Anastasio Lobera Historia de las grandezas de la muy antigua e insigne ciudad de León (1596). Pero para el conocimiento de la ciudad tal vez la más interesante sea Resumen de las políticas ceremonias con que se gobierna la noble, leal y antigua ciudad de León, cabeza de su reino , compiladas por don Francisco Cabeza de Vaca, Quiñones y Guzmán, marqués de Fuente-Oyuelo (1693), de la que por cierto existe una bella edición del llorado Luis Pastrana, Políticas ceremonias de León . Siglo XXI (2002)».
En cuanto a la bibliografía moderna, recuerda Miñambres que fue muy popular en su día la Guía del Caminante , compuesta por el salmantino Mariano Domínguez Berrueta (1972). «De mayor consistencia erudita es el libro de Miguel Bravo Guarida Rincones leoneses (1979) con ilustraciones de Jesús Fernández Espino, pero también conviene repasar las correspondientes guías de P. Mingote y Tarazona, Fernando Mourille o León Martín Granizo. Y, del mismo autor, Paisajes, hombres y costumbres de la provincia de León (1930). Eso sin olvidar todas las guías actuales: las de Fernando Llamazares, Alfonso García, Juan Luis Puente, Joaquín Alegre y Armando Colino y Javier Tomé, León: conversaciones con mis calles (1997). O la sabrosísima visión de Pedro Trapiello, Una ciudad de sotas, caballos y reyes. El viejo León en un paseo canalla y una sentada sentimental (2004). Digna de mención sería la edición amparada por la Hullera Vasco Leonesa León, una mirada literaria (2006) mientras que la obra por excelencia para conocer el León antiguo es la de Claudio Sánchez Albornoz, Una ciudad de la España cristiana hace mil años (1965)».
«Con todo, si pretendemos un viaje literario —continúa Nicolás Miñambres—, son de obligada referencia la obra de Victoriano Crémer, empapada de leonesismo en todas sus páginas (y en especial Los trenes no dejan huella. Historia secreta de una ciudad , 1986) y, de alguna manera, la Guía cómica de León , de Bujía y Lamparilla (1929)».
la médula de la tierra
Nicolás Bartolomé Pérez, experto en tradición oral y en el patrimonio lingüístico de este antiguo territorio, consigna entre sus clásicos, también, Historia de la ciudad y corte de León, y de sus reyes , de Manuel Risco, puesto que se trata «de la primera obra moderna donde se describe la historia de León y se centra en su monarquía. Todavía hoy sigue siendo una lectura apasionante y provechosa». Repite título en Reivindicación leonesa de León , de Juan Pedro Aparicio, ya que, a su modo de ver, «constituye la reflexión más lúcida que se ha escrito sobre nuestra identidad, redactada además con un despliegue de erudición inmenso y un estilo irónico delicioso. Desgraciadamente sigue siendo un libro de plena actualidad». De Cuentos del reino secreto , de José María Merino (1982) cree Bartolomé Pérez que «seguramente se trata de una obra menor dentro de la destacadísima producción de este autor, pero es quizá su obra más leonesa, pues la cultura e historia de esta tierra son el marco donde se despliegan las distintas narraciones que conforman el libro». Y cierra lista con Poesía completa , de Eva González (1991) porque se trata «de la compilación de la poesía de esta autora de Palacios del Sil, la escritora más importante que ha tenido la lengua leonesa. Los poemas de esta obra retratan el León más rural y Eva lo hace con maestría inigualable».
«Soy reacio a recomendar lecturas, salvo en la complicidad amical —avisa, previamente, el editor Joaquín Alegre—. Descreo además de las jerarquías literarias, especialmente las dictadas desde cátedras y tribunas. En su tiempo, Cervantes fue minusvalorado ante escritores de los que hoy no queda ni la sombra del recuerdo. Tampoco admito que el tiempo ponga a cada uno en su sitio: la Historia es un gran triturador de talento. Sí me declaro amante de la literatura leonesa actual. Por ello me molesta algún desdén tipo: ‘Otra vez estos...’. Pues estos no van a volver. No habrá otra coincidencia generacional así en mil años. Apuesto con quien quiera. De esa cosecha hay dos títulos a los que vuelvo constantemente, y cada vez me gustan más: Luna de lobos y El espíritu del Páramo . Se puede completar un mundo con ellos. Son clásicos porque no se desgastan con la lectura. Y, claro, convendría completar con otros libros señores: Intramuros , El crujido de la luz ... Por ejemplo. Ser de aquí y no vibrar con León de la mirada , o Poemas de la tierra y la sangre , o La lentitud de los bueyes , o Infancia de las lunas , o La bicicleta del panadero , es para mirárselo. Dos obras de categoría que anudan muchos talentos son Valles de leyenda y Laciana, suelo y sueño ».