Vuelve Poirot
l. Sophie Hannah sitúa al detective de Agatha Christie en 1929 y con un nuevo ayudante. la cuna vacía Sophie Hannah Editorial Duomo
La escritora británica Sophie Hannah, que esta semana tendrá acabada la nueva entrega del detective Hércules Poirot, ha explicado que éste conservará la esencia del original de Agatha Christie y se situará en 1929, si bien inventará un nuevo narrador, un detective de Scotland Yark.
Asegura que la familia de Agatha Christie se decidió por ella «seguramente porque es sabido en Reino Unido que soy una gran fan de la maestra del crimen, y además (mis obras) guardan gran relación con las de Agatha Christie, porque tienen giros inesperados, como si fueran rompecabezas». La autora británica, que presenta su octava novela , La cuna vacía (Duomo), precisa que ha situado la novela de Poirot en 1929, porque «entre 1928 y 1932 Agatha Christie no escribió ninguna novela del personaje». Por esta razón se aleja de la opción que adoptó la BBC en su serie Sherlock, que convierte al protagonista de Conan Doyle en un personaje moderno.
Confiesa Hannah que no imitará a Agatha Christie, hasta el punto de que no utilizará al compañero del detective, el capitán Hastings, el cual apareció ya hace más de 90 años en la primera entrega de Poirot, El misterioso caso de Styles, al que siguieron 32 novelas y 50 relatos. Para sustituir a Hastings, Sophie Hannah crea «un policía nuevo de Scotland Yark, que como narrador describe a Poirot como a alguien a quien conoce muy bien, y eso me permite crear un enfoque bastante orgánico». A pesar de seguir la tradición de Agatha Christie, Hannah ubica a Poirot «en un caso con el que nunca antes se había encontrado, para así poder ver nuevos aspectos de su carácter, compatibles con los descritos por Agatha».
Cuando afrontó el proyecto, Hannah tuvo en cuenta el estilo de la edad de oro en el Reino Unido: «En mis libros, como en los de Agatha Christie, la trama es un componente importante, y las preguntas, los interrogatorios están ahí, pero yo intento introducir con sutileza una mayor profundidad psicológica de los protagonistas, porque en todas mis novelas hay esos ingredientes: las pistas, el misterio, los giros y la cuestión psicológica».
Discrepa la autora de Los muertos se tumban de que las novelas de Agatha Christie no tuvieran esa profundidad psicológica: «Aunque no lo parezca, sí trata a los protagonistas desde un punto de vista psicológico, y Christie resume en una frase toda la información psicológica de los protagonistas». Acepta que el reto de Poirot es «una responsabilidad enorme», pero «es la misma presión que siento con cualquiera de los libros que escribo».
Y añade: «Me gusta asumir riesgos, y el miedo no me bloquea, sino que es algo positivo, porque ejerce una presión que me ayuda a mejorar».
Desconoce Hannah si continuará haciendo novelas de Poirot, de ese período que Agatha Christie dejó vacío. «No depende de mí el número de novelas que haga de esta serie, y no sé si la familia y los lectores querrán que continúe». Poirot, que era uno de sus detectives preferidos de juventud junto con Miss Marpple, se ha incorporado a la familia de detectives de Hannah, junto a su nuevo ayudante, y a Simon Waterhouse y Charlie Zailer, pareja de investigadores que protagonizan su serie negra. «Todos son mis hijos, aunque uno de ellos no sea mío».
Tras el de Poirot, Hannah publicará otro libro de la serie Waterhouse-Zailer, al que seguirá «otra novela negra sin presencia de ningún detective. Como sucede en La cuna vacía, donde se investiga a tres mujeres por la muerte de sus bebés, a Hannah le gusta «escribir sobre mujeres amenazadas, que sufren cosas traumáticas».