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el territorio del nómada |

El consulado de la cultura

HOY SE CUMPLE EL CENTENARIO DE SOLEDAD ORTEGA (1914-2007), LA HIJA DEL FILÓSOFO, QUE MANTUVO JUNTO AL CEA UN SINGULAR Y HOSPITALARIO REFUGIO PARA LOS TRANSEÚNTES DE LA CULTURA. EN LA ACTUALIDAD, EL COTO CASTILLEJA ACOGE UN CENTRO DE LA FUNDACIÓN ORTEGA-MARAÑÓN. divergente

Imagen de madurez de Soledad Ortega

Publicado por
ERNESTO ESCAPA
León

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Soledad Ortega se licenció en Historia Medieval en junio de 1936, en la antesala del alzamiento militar. La guerra la alejó con sus padres hasta Grenoble y París, desde donde viajó a Gales, para ayudar a la economía familiar dando clases de español. Luego, los acompañó a Buenos Aires, de donde volvió pronto a Madrid. En ese tiempo, Soledad toma notas de las charlas de su padre y ordena sus papeles para la imprenta. También percibe la decepción del filósofo en su reencuentro con Victoria Ocampo, la Gioconda austral, a quien había conocido un cuarto de siglo antes. Ahora Victoria tiene otros caprichos, lo considera «un pensador excesivamente discreto» y practica jubilosa el relevo generacional con jóvenes como Francisco Ayala. Los recelos de Ortega presagian la irrupción del peronismo, que no tardará en llegar, y prefiere buscar acomodo en Lisboa. En el otoño de 1956, una vez muerto su padre, Soledad retomará la relación epistolar con Victoria, una amiga y confidente a quien considera como «lo mejor que me ha caído en suerte en esta vida».

LA SECRETARIA DE ORTEGA

Ya en Madrid, pone en marcha con Marías y otros amigos Aula Nueva, donde da clases de Historia, antes de incorporarse al Colegio Estudio, que llevaba su prima Ángeles Gasset con Jimena, la hija de Menéndez Pidal. Se casa con José Varela Feijoo (1910-2002), arquitecto institucionista y agricultor, y empieza a veranear en el Coto Castilleja, entre Mayorga y Castrobol. Tienen tres hijos: José (1944), Paloma y Consuelo. La pequeña muere a los seis años, en 1953. José es catedrático de Historia y autor de Los amigos políticos (1977), un clásico sobre partidos, elecciones y caciquismo durante la Restauración. Paloma Soledad es catedrática de Filología en la Autónoma de Madrid. En 1953, Soledad Ortega refunda y preside la Asociación de Mujeres Universitarias, que recupera el diálogo con la España exiliada. Diez años después, junto a su hermano recupera la editorial Revista de Occidente y una segunda etapa de la revista, mientras va publicando los volúmenes de las Obras Completas de su padre. En 1964 reunió el Epistolario de Galdós y en 1978 puso en marcha la Fundación Ortega y Gasset. En 1980 lanza la tercera etapa de Revista de Occidente , a la vez que revisa los textos de su padre para la edición definitiva de Taurus. En 2012 vio la luz su biografía, escrita por María Luisa Maillard, con un subtítulo muy significativo: «El papel de la mujer en la España de la segunda mitad del siglo XX».

El Coto Castilleja vivió su época de esplendor en los años que estuvo a cargo del arquitecto y agrónomo José Varela Feijoo (1910-2002) y de Soledad Ortega, la hija del filósofo. Su hospitalidad convirtió aquel recinto en parada y albergue obligado en los viajes hacia el norte de la intelectualidad liberal. El legado de Varela, agrónomo y arquitecto institucionista, se nota en el cuidado de un recoleto templo mozárabe extrañamente ignorado por los catálogos monumentales. La iglesia de Santa María de Castilleja tiene nave rectangular y cabecera cuadrada, cuya penumbra ilumina un arquillo similar a los de Escalada. El templo es pequeño, de una sobriedad desnuda. El arco de triunfo que marca el acceso al ábside dibuja una acusada herradura. Dos fustes lisos sostenían un par de capiteles decorados con hojas de acanto, ahora situados en los jardines de la finca. La iglesia de Santa María de Castilleja, del siglo diez, aparece documentada en diplomas de la Catedral de León y del monasterio de Benevívere, mientras su mozarabismo lo acredita una lápida funeraria del 987 donde se menciona al repoblador andalusí Ianuarius.

LA HERENCIA ILUSTRADA

El lugar cuenta con un rico florilegio de menciones en la literatura viajera y memorial contemporánea. Aquí recalaba José Ortega y Gasset en sus viajes de ida y vuelta a los veraneos del norte. De aquí partió para su campaña electoral del 31, cuando salió elegido diputado por León. También descansó en la finca a su regreso desde Lisboa, antes de enfrentarse al erial de la posguerra, y en el coto pasó el último septiembre de su vida, aplacando la melancolía con paseos por las choperas del Cea. De Castilleja le deslumbraba el resplandor de sus atardeceres de joya. Y el bullicio nocturno de los chopos. «Árbol fiel a toda la meseta, árbol leonés y castellano… Altos, esbeltos, sacudidos de hoja, algunos como altísimas banderas enrolladas. Es el galgo de los árboles». En 2012, los Varela Ortega repartieron su herencia de varios cientos de hectáreas junto al Cea. El historiador José Varela Ortega se hizo acompañar por Aznar en octubre de aquel año para presentar en la iglesia mozárabe un centro de estudios dependiente de la Fundación Ortega-Marañón y vinculado a la Universidad de Valladolid sobre paisaje y patrimonio cultural. La filóloga Paloma Varela Ortega y su marido Víctor Pérez Pita se ocupan de la explotación agrícola de la finca, donde elaboran el exquisito vino Vega de Castilleja. Víctor fue director general de Energía con Aranzadi y presidente de Sepi con Eguiagaray. El recinto, a cuya vera discurre la carretera comarcal de Mayorga a Gordoncillo, alberga los cuadros y la biblioteca del ilustrado Varela Feijoo, cuya memoria pervive en estos pueblos del Cea.