Medio siglo tras la noticia
l. Alfonso S. Palomares hace memoria y repasa su gran carrera periodística. «Vivimos un tiempo raro para el oficio. Parece que la noticia careciera de valor». Lo dice entre la rabia y el desencanto alguien que se ha pasado la vida persiguiendo la novedad
Alfonso Sobrado Palomares (Orense, 1935), ha hecho «de todo menos ganar dinero» en una profesión que aún ama y respeta. Fundó y dirigió agencias, diarios y revistas y estuvo una «provechosa» década al frente de la Agencia Efe. Ahora repasa su carrera y sus experiencias en Siempre llega la noche, un libro nada derrotista a pesar del título que muestra lo mejor y lo peor del oficio desde su trastienda. «Siempre llega la noche, me dijo Ben Bella, el mandatario argelino, al salir del la cárcel, y luego hemos visto como la noche se cerraba sobre el castrismo y sobre todas las revoluciones» explica Palomares el título. Asegura que no le ha ganado la nostalgia al repasar una azarosa «carrera analógica, hecha sobre el papel, que era el soporte del disco duro en mi época». La impulsó en 1964 al crear la agencia Radial Press, con la que viajó por todo el mundo. Pasó luego por Triunfo , Sábado Gráfico , Diario 16 y El periódico de Cataluña y crearía las revistas Ciudadano , Posible y Leer . Tras su paso por la agencia pública, dirigió el Diario de Córdoba y hoy es comentarista político en la revista Tiempo . Pero él destaca de su trayectoria la «apasionante responsabilidad» de presidir Efe entre 1986 y 1997. Era la primera agencia de noticias de España y la cuarta del mundo y la comandó en un periodo de expansión y cambios tecnológicos. «Llegamos a ser más de tres mil periodistas en todo el mundo, y nos tocó pasar del teléfono al satélite, lo que nos permitió soltar lluvia informativa sobre todas las partes del mundo ser mucho más rápidos y ágiles, y creamos el servicio en árabe».
La revolución digital vivida ya desde los márgenes de la profesión «ha cambiado radicalmente el oficio, y no necesariamente para bien». «La tecnología ha condicionado al periodismo y lo ha potenciado. Pero ahora es como si la noticia careciera de valor; llega de todas partes, pero se deja de lado la vertebración, la síntesis y la jerarquización de los datos, y eso es la esencia del periodismo que ofrece credibilidad por su veracidad». «Mantengo la pasión por el oficio y si naciera de nuevo creo que volvería a ser periodista» asegura Palomares. Recuerda con orgullo como consolidó la redacción de Efe en «tiempos durísimos en los que una ETA furiosa y mataba casi a diario y estallaron escándalos de corrupción». «Me hubiera encantado dar la noticia del fin de ETA y acabar con aquel paisaje sangriento» rememora. Sí informó de la escandalosa huida y detención de Luis Roldán y el traslado a España desde Bangkok del ex director de la Guardia Civil Luis. «Desentrañamos todo tipo de chapuzas de la policía y de Interior y estoy muy satisfecho». Bajo su mandato la agencia recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 1995 tras nueve años «de progreso». «Mi gran preocupación fue que se trabajara con libertad e independencia y mi exigencia la veracidad».
Un afán que le acarreó algún contratiempo. «En 1996 el premio Rey de España de Periodismo a fue para la brasileña Beatriz Magno por su trabajo sobre el tráfico de niños y órganos. Se sospechaba la implicación de estadounidenses y el entonces embajador, Richard Gardner, se atrevió a pedir al Rey que se pusiera enfermo para no entregar el premio y no avalarlo con su presencia». «Con el respaldo del jurado Exteriores y el Rey, el premió se entregó con normalidad», se ufana recordado al Monarca como «una persona seductora y muy cercana».