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Crémer, en la grabación de un programa radiofónico

Publicado por
MARCOS MARTÍNEZ BARAZÓN / Presidente de la Diputación
León

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Han pasado cinco años desde que Victoriano Crémer nos dejó. Cinco años que no han hecho más que reforzar y engrandecer su figura, gracias a un extenso legado que nos dejó como herencia valiosa.

Victoriano Crémer fue un importante escritor y periodista, un leonés de adopción que supo ganarse la vida con su pluma, y no sólo la vida, sino el cariño y la admiración de muchos por su peculiar forma de ser. Nos dejó los centenares de artículos en su Crémer contra Crémer en el periódico decano de la provincia, Diario de León, con su análisis y visión de una sociedad cambiante. Pero, principalmente, nos dejó sus ensayos, novelas y su poesía. Este último aspecto es quizás el más destacado de su obra, reconocida en numerosos premios y distinciones.

Quiero hoy recordar la estrecha relación que tuvo con la Diputación de León, no solo en sus obras, sino en todos los que en alguna ocasión tuvimos la oportunidad de coincidir con él. Era asiduo a los actos programados por la institución provincial, porque entendía la cultura en mayúsculas y en minúsculas. Así, Crémer formó parte del Consejo Asesor del Instituto Leonés de Cultura desde su creación en 1995, y por ello fue partícipe en las deliberaciones sobre la programación de las actividades culturales que ha venido desarrollado el Instituto Leonés de Cultura en todos estos años, un sello que se mantiene y que sigue manteniendo esa esencia.

La Diputación de León, consciente de la importancia de este eximio escritor, publicó en 1984 su antología poética hasta ese momento, que se tituló Poesía 1944-1972 y Poesía 1972-1984 . Estas antologías se publicaron en la Colección Provincia con los números del 66 al 71, sirviendo para prestigiar aún más a esta colección de renombre nacional. También la Diputación publicó el Libro de Caín , en el nº 27 de los Breviarios de la Calle del Pez en 1992.

Del 5 de junio al 5 de julio de 2009 y en colaboración con el Instituto Castellano Leonés de la Lengua de Castilla y León, la Sala Provincia, inauguró la exposición denominada Manuscritos y garabatos de Cremer , en donde el autor sorprendía con unos pictogramas coloristas acompañados de versos manuscritos, obra absolutamente inédita y que el autor no pudo visitar ya que se encontraba convaleciente de una enfermedad. Precisamente falleció cuando la exposición todavía no había concluido.

Pero un título de orgullo y de reconocimiento fue la Medalla de Oro de la Provincia, una distinción que el cronista oficial de la ciudad recibió con ilusión y sumó a los centenares de reconocimientos que siempre obtuvo. Nos dejó hace cinco años, pero su imagen sigue desprendiendo ternura y en el recuerdo sus palabras toscas, de quien se ganó el derecho a decir lo que quisiera cuando le apetecía. Hoy, su obra sigue siendo admirada y eso demuestra aprecio y recuerdo vivo. Por eso, desde la Diputación seguimos apoyando aquellos autores que quieren analizar y profundizar en sus obras, como en su día hizo María Socorro Cerezo con La ciudad en la obra poética de Victoriano Crémer en 2004 o Anastasio Serrano, que en Tierras de León analizó los cien años de Crémer.

Como curiosidad, hemos guardado ejemplares de su obra en una edición especial para entregar a personalidades que nos han visitado. Desde embajadores a las autoridades de otras provincias o personalidades de todos los ámbitos, todos se han llevado un pedacito de Crémer como representación de una provincia que le debe tanto.

Murió superando el siglo, con proyectos inconclusos, con la cabeza lúcida y con un empuje envidiable. Solo quiero desear que su recuerdo perdure siempre y que los leoneses sepamos recordarle por su gran contribución a las letras de esta provincia.

Desde luego, mi compromiso como presidente es no olvidarle y mantener desde nuestro, y suyo, Instituto Leonés de Cultura, su memoria viva.

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