Diario de León

La negra que no sabía que lo era

l. La escritora nigeriana Adichie desconocía el racismo hasta que llegó a Estados Unidos . americanah Chimamanda Ngozi Adichie Literatura Random House

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Publicado por
antonio paniagua
León

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En Nigeria ser negro es lo más normal del mundo, pero ¿qué ocurre cuando alguien de ese país viaja a Estados Unidos y descubre que allí se discrimina por el color de la piel? Y ¿qué pasa cuando una estudiante nigeriana llega a Filadelfia y la gente se asombra porque habla un inglés con una dicción perfecta y no en la jerga de los afroamericanos que malviven en suburbios marginales? Eso es lo que le ocurrió a Chimamanda Ngozi Adichie (1977), la autora de Americanah (Literatura Random House), una novela galardonada con el premio que conceden los críticos de Nueva York y que será llevada al cine por la actriz keniana nacida en México Lupita Nyong’o, la intérprete de 12 años de esclavitud. Nyong’o protagonizará y producirá la película en colaboración con la empresa de Brad Pitt.

Americanah es el nombre que emplean los nigerianos para burlarse de sus compatriotas que vuelven de Estados Unidos con demasiadas presunciones y aires de superioridad. Y también es el título de una obra que ha seducido a los lectores estadounidenses y con la que Adichie se impuso a Los enamoramientos, de Javier Marías, al obtener el National Book Critics Circle Awards como mejor novela del año. De vocación literaria temprana, Adichie se recuerda escribiendo desde los 7 años. Al principio los personajes que poblaban sus relatos eran blancos de ojos azules, chicos que jugaban en la nieve y hombres que bebían cerveza de jengibre, que era justo lo que hacían los héroes de las novelas inglesas y norteamericanas que devoraba. En sus relatos por nada del mundo se veían a chicas con pelo afro indomable, sino niñas con el pelo recogido en colas de caballo. Tampoco la gente incurría en la ordinariez de comer mangos. Todo hubiera seguido igual si no hubiera conocido la literatura de su compatriota Chinua Achebe, cuya novela Todo se desmorona es una de las más leídas de África.

A los 19 años Adichie abandonó su confortable hogar de clase media de Nsukka, sede de la Universidad de Nigeria -donde su padre ejerció como primer profesor de Estadística de su país- para estudiar Comunicación y Ciencias Políticas en la Universidad de Drexel (EE UU). Su compañera de cuarto se llevó una decepción cuando descubrió que Chimamanda no escuchaba música tribal, sino a Mariah Carey. Y lo que era peor aún: sabía encender una estufa. Fue curiosamente en Estados Unidos donde Adichie adquirió conciencia de su identidad y de su condición de africana, así como de las penalidades que ello comporta. Si bien disfrutó de una infancia feliz, sus abuelos habían perecido en un campo de refugiados. Por añadidura, su prima Okoloma murió en un accidente de avión abrasada por las llamas porque los depósitos de agua de los camiones de bomberos estaban vacíos. Con todo, la autora cree que escribir de Nigeria no obliga a hablar ineludiblemente de catástrofes. De hecho Americanah es un ejemplo de que es posible abordar los asuntos de la identidad y la etnia con sentido del humor y sin abusar de situaciones traumáticas.

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