Falacias del separatismo catalán
l. Henry Kamen dice que Cataluña no ha sido expoliada por España. «En Cataluña se falsea la historia, como hizo Franco con la España grande y libre» asegura el hispanista británico Henry Kamen, que dedica su último ensayo a este asunto
La versión del separatismo catalán sobre el expolio y el aplastamiento a manos de España en 1714, tras la Guerra de Sucesión, es una falsificación total, una falacia, como lo fue la de Franco sobre la historia de una España única, grande y libre». Palabra Henry Kamen (Rangún, Birmania, 1936), hispanista y respetado estudioso de nuestra historia moderna.
Afincado en Barcelona desde hace más de dos décadas, casado con una catalana, dedica su último ensayo, España y Cataluña. Historia de una pasión, a desentrañar las claves de una relación tormentosa que, según él, falsea y reinterpreta interesadamente el soberanismo. Para Kamen «no hay base histórica que apoye la pretensión de separatismo» y «por eso se fabrican mentiras para justificarlo». Describe como a lo largo de su historia Cataluña ha sido víctima de ciertos «procesos de desinformación» fomentados por «quienes prefieren no esforzarse en la comprensión de su pasado». Un pasado «mal estudiado por los historiadores y sistemáticamente distorsionado por ideólogos, políticos y periodistas que suelen basar sus discursos en información poco fiable». «El contexto histórico se falsea bajo la dirección de CiU y ERC» afirma. Acusa a los que «controlan el dinero» en Cataluña de ser los artífices de una mistificación «perpetrada desde el periodismo, porque los historiadores serios no pueden sostener al tesis falsas que la sustenta». Rica y próspera Para el profesor británico «Cataluña no quedó aplastada ni reducida a la nada tras el 11 de septiembre de 1714», fecha fatídica para el separatismo, la de la rendición de Barcelona durante la Guerra de Sucesión tras varios meses de asedio, y cuyo tercer centenario se conmemora en breve.
El territorio más rico
Asegura Kamen que Cataluña «siguió siendo una región importante, próspera y floreciente; el territorio más rico de España en los siglos XVIII y XIX con la industria y el comercio más potentes y desarrollados de toda España». No sabe ni quiere aventurar cómo terminará el proceso soberanista, más allá de «un lío morrocotudo» en el que no ve «nada positivo». A su entender «la mayoría de los catalanes no apoyan la independencia, y si se celebrase la consulta, no se aprobaría». Pero cree «muy probable que no se haga la consulta, lo que será la excusa para adoptar una postura plebiscitaria en las elecciones», sostiene Kamen, para quien «habrá mucho más sentimiento y fervor si se ven presionados a abandonar la consulta».
«El problema de Cataluña provoca muy poco interés fuera de Cataluña» asegura Kamen, que marca distancias entre el nacionalismo y el separatismo y se muestra convencido de que el último «es un movimiento minoritario entre los catalanes y no tiene sentido». Considera que sería «más sensato» dejar que Cataluña se expresara en una consulta sobre la independencia» aunque reitera que no entiende «las reglas del juego».
Para Kamen la pregunta «que nadie quiere contestar» es «¿cómo se ha pasado de un 16 a un 40 por ciento de la población catalana a favor de la independencia en unos pocos años?» Asegura irónico que entre España y Cataluña «se da una buena relación como hombre y mujer -yo te quiero y yo te odio-, plagada de problemas y tensiones». «Cada país sensato y honesto tiene tensiones, odios y conflictos en su historia, y lo más característico es la convivencia con todos sus defectos» arguye. Sostiene además que no son estos los peores tiempos en las relaciones entre Gobierno y Generalitat. «Puede que sean los mejores, ya que las cosas estuvieron mucho más difíciles y crudas durante la dictadura de Primo de Rivera y en la Segunda República»-
Reconoce la incidencia del caso Pujol en el proceso soberanista «que acaso haya desmontado el tópico de ‘España nos roba’».