Huida familiar al Nuevo Mundo

E sta obra, ubicada históricamente en el siglo XVI y con buena parte de su acción en el Bierzo, tiene, a mi juicio, un importante punto de inflexión en el que se inicia la convergencia de la acción de parte de los miembros de una familia que, unidos, iniciarán el camino hacia el Nuevo Mundo. Un camino que, en realidad, significa una huida como remedio a una vida sometida a la Inquisición, que persigue la ciencia y el saber.

Antes de esta determinación se desarrollan y narran acciones y vidas paralelas. La de Felicísimo, un sacerdote lleno de sabiduría, amigo de fray Luis de León, que se ve involucrado en la causa, intrigas y denuncias al Santo Oficio. Su sobrino Juan es el soldado que inicia su andadura en diversos escenarios, especialmente los de Flandes. También sobrina de Felicísimo, aparece como tercer eje narrativo la vida de Úrsula: «Yo soy —dice— una sanadora que utiliza los medios a su alcance para la ayuda de los sufrientes, en el deseo de que la salud domine a la enfermedad…». A la comitiva familiar se añade también el pequeño de la familia, Nemesio, todos con la esperanza de vida mejor y más libre.

Con escenarios diferentes y diferentes trayectorias, aparecen en la novela tonos de voz narrativa distintos, como la vida misma, que van ganando en intensidad e interés y proponiendo un amplio acopio de materiales y situaciones que, junto a las interesantes descripciones, estimulan en el lector la curiosidad por el progreso de la acción. Súmese a ello la presencia del paisaje leonés, berciano sobre todo, el notable fresco de personajes, costumbres, intrigas y circunstancias de la época, las insinuaciones amorosas en algunos tramos, las hazañas y aventuras en no pocos, la amarga crítica social y a un sector de la Iglesia… Súmese también el cuidado del lenguaje con un léxico enriquecido, especialmente interesante el marino y médico y encontrarán en estas páginas una obra de gran aliento y diversidad.