Un eminente krausista salmantino

E n tiempos de abrumadora modernidad reconforta descubrir la ardua tarea de algunos investigadores transformada en fructíferos resultados. Es el caso de Jesús María García García, descubridor de la vida y la obra de un eminente polígrafo salmantino, Fernando Araújo. Era conocido por su Guía histórico-descriptiva de Alba de Tormes (1882), villa con la que mantuvo intensas relaciones, y por la guía de Salamanca, La reina del Tormes… El profundo estudio de Jesús María García Corredera demuestra que Araújo (quien exigía escribir su apellido sin tilde) fue un verdadero polígrafo.

Intelectual hiperactivo se vinculó desde su juventud al mundo el periodismo de forma apasionada. Eso no le impidió sus estudios de Filosofía y Letras y Derecho, ejerciendo en muchos casos como profesor de Lengua Francesa, de la que escribió una moderna gramática. Todo ello sin olvidar nunca la poesía, como se observa en sus múltiples composiciones. Subyacente a sus variadas actividades latió siempre un apasionado sentimiento krausista, su preocupación por la Razón y por el hombre. Su dedicación a esta nueva filosofía explica la preocupación que manifestó por el hombre. Como Miguel de Unamuno, nada humano le era ajeno: defendió las causas más nobles de los humildes y apoyó denodadamente a los labradores en su crítica situación. Desde su amada Salamanca se vio obligado a llevar a cabo un variado periplo vital. Valladolid, Toledo, Madrid… fueron hitos en su caminar humanístico, en sus miles de artículos, en su acercamiento a la Academia, en sus investigaciones… A pesar de sus méritos su valía nunca fue reconocida con justicia. Tal vez, su orgullo y una cierta altanería le impidieron acceder al reconocimiento que su trayectoria personal y científica merecieron pero…El riguroso estudio de Jesús María García compensa parte de esas adversidades .