Diario de León

«Los astures preferían el veneno y el fuego a ser capturados por Roma»

El profesor leonés Héctor Torío del Río se inicia en la novela con un libro que indaga en la Vadinia romana. Filandó n Docente de profesión, Héctor Torío del Río (León, 1977) se inicia en el mundo de la narrativa con la novela ‘Lobos de dacia. las aventuras de Vado, el carombo, y Lucua Mano Negra’, en la que explora el territorio mítico de vadinia «Las madres pasaban a cuchillo a sus hijos antes de dejarlos caer en manos de Roma. Por algo sería»

El profesor y escritor leonés Héctor Torío del Río

El profesor y escritor leonés Héctor Torío del Río

Publicado por
ALFONSO GARCÍA
León

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Con un planteamiento original, en que se mezcla realidad y ficción, Héctor Torío del Río ofrece una obra de grata lectura.

—Esta es su primera novela. E histórica. Leída, parece que ha requerido un notable proceso de documentación…

—He tratado de leer mucho sobre el tema para poder encuadrar mi relato en un marco histórico lo más preciso posible, sin ser yo experto en historia y tratando, a la vez, de evitar que los árboles nos impidan ver el bosque. Por suerte, hay mucho escrito sobre el Imperio Romano, sus campañas, ejércitos, organización urbana... Por otra parte, los nombres de los principales personajes romanos son reales y aparecen citados en diferentes fuentes, desde Cornelio Fusco hasta Publio Acilio Aciano. Hay mucho menos material acerca de los cántabros y menos aún sobre la misteriosa Vadinia, pero sí que puedo decir que Vado y Lucua también son nombres reales extraídos de una de las estelas funerarias vadinienses encontradas en las proximidades de la presa de Riaño. El dibujo de esa estela es el que aparece en la portada. En ella, se puede leer cómo Lucua levanta el monumento a los dioses manes en honor de su amigo Vado Nebira, hijo de Anemido.

—¿Dónde estaría la Vadinia romana exactamente?

—En realidad, nadie lo sabe con exactitud, pero parece que la mayoría de expertos la sitúa en la región noreste de la provincia de León, cerca de Cistierna y Riaño. Todavía se pueden ver los restos de la calzada romana, la viasaliamica, que seguía el curso del Astura (Esla) hacia el norte y, posteriormente, del Salia (Sella). Y todavía hay restos degrafitisprimitivos que acreditan la presencia de las legiones en la zona. El propio instituto de educación secundaria de Cistierna se llama IES Vadinia…Otros nombres, como el del Monte Vindio, se sitúan en los Picos de Europa. El clan de los Manos Podridas, al que pertenece Lucua, corresponde a los Mampodres, y la majada de Carombo se encuentra en el valle de Sajambre, cerca de la Saliambriga que se menciona en la historia.

—Hay un nuevo espacio mítico, Berenisca, se supone que León, con las dos legiones que la habitan, enemistadas entre sí…

—Bereniscase propone como el Bernesga primitivo. Por lo que he leído, existía un núcleo urbano del mismo nombre situado, en principio, más al norte, en el curso alto del río, pero nadie lo sabe con exactitud. En cuanto a la rivalidad entre diferentes legiones que ocuparon León, no es más que libertad creativa, aunque no me parece para nada descabellado que se diese la situación que describo en la novela.

—Dos protagonistas, Vado y Lucua, el primero sobre todo, tiene el perfil de un astur enfrentado permanentemente a los romanos, a los que odiaba. ¿Tan dura fue Roma en Vadinia?

—Roma era dura contra los que más se rebelaban contra su dominio. En las crónicas de la época, cuentan que los cántabros y astures (vecinos separados por el río Astura, el actual Esla) preferían, en muchas ocasiones, el fuego y el veneno a ser capturados. Incluso contaban que las madres pasaban a cuchillo a sus hijos antes de dejarlos caer en manos de Roma. Por algo sería. No imagino que fuese solo por orgullo. Arrasaban sus ciudades, como hicieron en Lancia, y los obligaban a asentarse en los valles; se quedaban con sus tierras; se llevaban a sus jóvenes a combatir a campañas lejanas o los mutilaban para que no pudiesen volver a levantarse en armas. Se puede decir que era una época dura. De todas formas, las guerras tienen esas cosas.

—A pesar de que se respira el orgullo vadiniense a lo largo del relato, no falta el humor, incluso con juegos de palabras y frases en latín. ¿Qué papel juega el humor?

—Yo no entiendo la vida sin un poco de humor. Incluso en las situaciones más duras, o quizás especialmente en estas, un poco de humor consigue rebajar la tensión.

—Personajes diferentes, de diferente origen, se convierten en portadores y contadores de diversas historias. Se produce así un fenómeno de historias dentro de la historia. Si está pensado voluntariamente, ¿qué perseguía con ello a la hora de escribir?

—Es algo deliberado, efectivamente. Me gusta que sean los propios personajes los que hablen y quedar yo en segundo plano y trato de hacerlo desde las primeras páginas,cuando un Lucua maduro comienza a contar la historia a su pupilo. Creo que de esa forma se consigue, además, dotar de una mayor profundidad a la trama principal. Espero haberlo conseguido.

—Hay escenas de una dureza extraordinaria, especialmente en el comportamiento de los dacios. ¿Fueron ritos habituales entre aquellos pueblos?

—Los pasajes que se desarrollan en los tshorks (versiones primitivas de nuestro chorco de los lobos) no tienen ningún tipo de documentación, aunque comportamientos similares, que no idénticos, sí que se daban en diferentes pueblos. Si nos fiamos de las fuentes, incluso entre los propios cántabros. En las crónicas romanas, la campaña de Dacia se presenta como una de las más duras de la época y los guerreros dacios tenían fama de sanguinarios. Quién sabe, tal vez el hecho de que su capital, Sarmizegetusa, estuviese en Transilvania, tenga algo que ver.

—Hay pasajes cuya explicación se deja al lector, envuelto en un misterio (caso de la liberación de Vado). Esto parece crear un nuevo interés, alejado de las explicaciones pormenorizadas…

—Creo que la lectura no solo es una actividad pasiva y el hecho de dejar pasajes abiertos para que el lector los complete contribuye a dotarle de un rol más activo en la historia. A veces los silencios transmiten más que las palabras. Por eso Vado es tan callado.

—Su? primera novela ya está en la calle, ¿trabaja en nuevas propuestas?

—Estoy trabajando ya en la continuación de las aventuras de Vado y Lucua. El camino a Iberia les depara algunas sorpresas y contará con una serie de personajes inesperados. Además, seguiremos conociendo alguna cosa más sobre la legendaria Vadinia.

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