Ecos personales del vivir diario
la vida mitigada Tomás Sánchez Santiago Eolas, León, 2014. 300 pp.
C ualquier lector de este cuaderno de bitácora de Tomás Sánchez Santiago descubrirá en su título ecos de la poesía de San Juan de la Cruz. En el fondo, estas páginas son fruto del afán humilde del autor por el acarreo literario: «El acarreo es uno de los más nobles fenómenos de la escritura». Pero esa actividad exige una rígida disciplina personal y una precisa capacidad de intuición: «Estos textos nacen de esa manía temeraria de apuntarlo todo o casi todo según va llegando». Los ojos del escritor captan la vida en sus diversas formas (botánica, animal, humana, irónica, corrosiva…) con una visión azoriniana que se transforma en inesperadas y brevísimas acotaciones literarias especialmente en «Visto y oído» y «Cuaderno sin norma». Coincidentes en su espíritu creativo, se diversifican en su forma de expresión: desde la greguería hasta la reflexión filosófica, la mirada del escritor descubre mundo nuevos, o recreados por su actitud ante ellos. Esas impresiones, de variada condición y temática, dejan paso a «Historias naturales» y «En manos de los días», de contenido tal vez más convencional, para llegar a «Revuelto de frutos secos», con predominio de reflexiones sobre la creación.
La obra culmina en un trabajo autónomo, independiente, de gran originalidad y de título próximo al oxímoron: «Solo los mudos saben pronunciar la h». Utilizando inesperados recursos narrativos, visiones históricas, ecos de leyendas amerindias y un apasionado aprovechamiento de la amistad, el autor desemboca en el mar literario de Calle Feria, en homenaje a su ciudad y a sus recuerdos. Se echa de menos, si acaso, que el extenso relato no haya recibido autonomía editorial e, igualmente, el resultado de la intervención oratoria en Segovia, germen lejano de la obra.