Diario de León

La poesía crea a Colinas 40 años después

l Bean Clark reúne a 54 autores que revisitan en ‘Bajo las raíces’ el poema ‘Sepulcro en Tarquinia’. Filandó n Colinas asegura que hay más mundos en el libro aparte de Italia: «El de mis raíces en tierras leonesas» Entradilla Lor ad tat, vero commodolor sum doloreet augait diat, conullan hendion ea cons ectem alissent pratum dio exeratio commolore volum aut landit nullums ndreet «‘Sepulcro en Tarquinia’ es una obra muy especial porque está cerca de la pulsión de la juventud»

Antonio Colinas y Ben Clark en la casa de Ibiza del poeta leonés

Antonio Colinas y Ben Clark en la casa de Ibiza del poeta leonés

León

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U n libro lírico, eso es Sepulcro en Tarquinia . Y, por supuesto (entre la mejor poesía joven del momento), un logro y una cumplida esperanza». Con estas palabras, el poeta Luis Antonio de Villena calificaba la gran obra de Antonio Colinas. Era 1975. Han pasado cuarenta años y el gran poema del autor de La Bañeza sigue creciendo. «Para mí es un libro lleno de sugerencias. Puede ser releído innumerables veces. A veces, como un poema de amor, a veces, de nostalgia. Lo llevo leyendo desde los 15 años y a medida que he ido creciendo, el libro ha ido creciendo conmigo». Ben Clark acaba de presentar Bajo las raíces , una obra metaliteraria en la que 54 autores recrean la palabra que Colinas descubrió en su gran poema italiano. Francisco Brines, Antonio Gamoneda, Pablo García Baena, Antonio Carvajal, Clara Janés, Chantal Maillard, Jaime Siles, Javier Lostalé o poetas más jóvenes como Antonio Lucas, Rafael Saravia, Carlos Floreiro o Carmen Juan forman parte de esta procesión poética publicada por la editorial sevillana La isla de Siltolá.

Destaca Ben Clark que la idea surgió al releer Sepulcro en Tarquinia el año pasado. Al principio se barajaron cincuenta poetas, pero la lista fue ampliándose. «No es un homenaje a Antonio como figura poética», explica el editor, quien subraya que la intención que desde el principio le movió fue la idea de crear un libro a partir de un libro. «Si tuviera que definirlo hablaría de un homenaje al diálogo entre el poema y la nueva creación. Yo quería crear algo que no existía», precisa Ben Clark, quien destaca que el título de la obra está basado en un verso de Colinas: «etrusco noble bajo las raíces/ de almendros y olivares endulzados/ por la honda primavera de Tarquinia). «Estos versos explican muy bien lo que pretendíamos con el libro, que no era otra cosa que buscar en la raíz de la creación, excavar dentro del libro de Antonio y obtener algo nuevo».

Cada uno de los autores que participan en la obra escogieron un fragmento del poema de Colinas para recrearlo. Muchos de ellos coincidieron en ciertos versos. La tarde se hace lágrima , por ejemplo, se repite mucho en la obra. Sin embargo, y como asegura Ben Clark, el resultado final puede definirse como «sobrio y variado». «Este libro me ha devuelto la fe en la magia de la poesía».

Y es que para Ben Clark, Sepulcro en Tarquinia es un libro especial y esencial. «Es una obra muy especial porque está cerca de la pulsión de la juventud», asegura. «Hay obras con la hondura de la reflexión, pero esta tiene el arrojo poético», alaba. El mismo Antonio Colinas disecciona Sepulcro al final de la obra. El poeta, que asegura que no se trata de su poemario favorito, destaca que el poema cuenta varias historias: «Varias, sutiles y complejas». El autor de Noche más allá de la noche admite que es cierto que uno de los símbolos que con más fuerza mandan en el libro es la mujer, a la que la voz del poeta ha dotado de una significación múltiple, polifónica, que, según Colinas, revela extremadamente los ideales de verdad y belleza.

En cuanto al escenario, el escritor constata que, al igual que sucede con Italia —el propio Jorge Guillén le aseguraba a Colinas que se trataba del libro actual con más Italia que conocía—, la obra habita los espacios donde el escritor pasaba los veranos de su infancia y adolescencia, «aquellos en los que aprendí a contemplar». «Los dos campamentos romanos de Petavonium o el brazo de bronce sacado de la tierra por la reja de un arado, fueron, son, una realidad para mí, pero a la vez fueron y son ricos símbolos originarios de la memoria», rememora.

Por ello, Antonio Colinas asegura que hay más mundos en Tarquinia aparte de Italia: «El de mis raíces en tierras leonesas, de donde proviene lo esencial de mi voz».

Antonio Colinas se convierte además en uno más. Bajo las raíces incluye un poema del autor bañezano. Escrito en diciembre de 2014, se titula ¿Qué fue de aquellas músicas? y en él, el poeta revisita los lugares que le inspiraron Sepulcro en Tarquinia : «¿Qué fue de aquellas músicas de entonces?/¡Fueron tantas y tan turbadoras, casi como un veneno que embriagara!...»

Explica el editor de Bajo las raíces que hay libros que se escriben solos, que ya existían, y pone éste como ejemplo: «Porque todo lo que el lector encontrará aquí tiene su origen en un fenómeno que ya ocurrió hace un tiempo: la lectura de Sepulcro en Tarquinia de Antonio Colinas».

La presentación de la obra coincidió con el fallo de la primera edición del premio de poesía joven Antonio Colinas. Toda una declaración de intenciones porque, como el propio Colinas asegura, a las alturas de su vida, lo importante sigue siendo escribir. «Me sorprendo de seguir escribiendo», destaca, al tiempo que añade que una de sus aspiraciones es imponer un nuevo ritmo a su vida...

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