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Ha nacido el Banville español

l Gonzalo Torné emula al británico y crea su ‘alter ego’ Álvaro Abad. Gonzalo Torné irrumpe en la novela negra bajo el seudónimo de Álvaro Abad. Al igual que John banville se ha creado un ‘alter ego’ para el thriller

El escritor barcelonés Gonzalo Torné, que firma como Álvaro Abad en su primera novela negra

Publicado por
josé oliva
León

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A l igual que han hecho otros autores como John Banville y su alter ego Benjamin Black, el escritor español Gonzalo Torné ha irrumpido con Nadie debería irse a dormir en el género negro, un proyecto que ha afrontado «como un reto y como un divertimento» bajo el seudónimo de Álvaro Abad.

Nadie debería irse a dormir (Reservoir Books) gira en torno a las figuras del bodeguero riojano Norberto Obanos, muerto en extrañas circunstancias, y el policía prejubilado Trejo, que vuelve a la acción para investigar qué hay detrás de esta extraña muerte.

De forma alterna, el autor va presentando los aspectos del pasado de Norberto y de la investigación de Trejo, que aparecerán como piezas sueltas de un complejo puzzle que irán encajando con precisión conforme avanza la narración.

En la trama se entremezclan personajes desesperanzados y vidas rotas y vacías, una trama de corrupción que sumerge al lector en las cloacas del poder, donde la injusticia, los pactos inconfesables, las intrigas y el crimen se dan la mano en un caso que pondrá a prueba las capacidades deductivas de un protagonista que, al mismo tiempo que sigue los pasos de un misterioso y escurridizo asesino, se enfrenta a los enigmas y problemas que le plantea su peculiar hija.

Torné (Barcelona, 1976) ha publicado hasta ahora dos novelas, Hilos de sangre (2010), premio Jaén de Novela, y Lo inhóspito (2012), y el ensayo literario Tres maestros (2012).

Públicos distintos

El autor justifica el inicio de una nueva senda bajo un seudónimo «casi por cortesía hacia los lectores, porque se trata de un libro distinto, para un público más amplio, mientras que las dos novelas anteriores son más violentas, obligan a pensar, desconciertan al lector».

«Mis novelas anteriores como Gonzalo Torné -añade- estaban muy interrelacionadas y con ésta he iniciado otro mundo de ficción, que casi me invitaba a cambiar el nombre, como han hecho otros escritores», ha explicado el autor.

En este cambio de registro, Torné ha optado por «una propuesta que se ajusta más a la serie de aventuras, una novela más amable, más de serie de los 90 tipo Luz de luna o Sherlock Holmes , y menos truculenta».

Confiesa que no tiene mucha familiaridad con la novela negra, más allá de haber leído a Manuel Vázquez Montalbán, Andrea Camilleri o los clásicos, pero sus lecturas y aficiones siempre han estado más cerca del cómic de aventura.

No da por cerrado, sin embargo, el camino iniciado con «Nadie debería irse a dormir»: «Tengo claro que mis novelas ‘serias’ son el proyecto en el que me siento más cómodo, pero escribir una novela negra es un reto y un divertimento, al mismo tiempo».

De hecho, la novela que ha publicado como Álvaro Abad tiene un final abierto y «si hay oportunidad» y tiene tiempo, le gustaría «continuarla». El escritor barcelonés ha situado la trama de su tercera novela en La Rioja, «un lugar poco transitado por la narrativa» pero que él conoce «bien».

El paisaje riojano le proporciona, subraya Torné, «un sitio que tiene centros urbanos pequeños y pueblos de campo, y en ese contexto las bodegas son cruces de caminos, de modernidad, de corrupción».

Sin embargo, matiza Gonzalo Torné, se sirve del decorado, pero «sin construir una novela política, a pesar de que el lector sabrá encontrar el trasfondo social que hay tras la trama».