Diario de León

POESÍA

La puerta siempre abierta

garcía Pablo García Casado Visor, Madrid, 2015. 54 pp.

Publicado por
josé enrique martínez
León

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A Pablo García Casado le interesan las vidas corrientes con su amarga desesperación a cuestas, como puede comprobarse en los tres libros reunidos en Fuera de campo (2013), y como indica el título de su nuevo poemario: García , un apellido que coincide con el suyo, pero que designa al hombre común. Cualquiera puede ser García, «un apellido en un mar de estadística, vaciado por el uso y las generaciones. La única certeza que dejaré a mis hijos». Porque el poemario habla de padres e hijos como ocupación y preocupación. Cada poema plasma una pequeña anécdota que produce efectos poéticos por la corriente emotiva o sorpresiva que desprende, a pesar de que aparentemente toque un tema tópico como el de la familia, el hijo que uno fue, el padre que uno es y los padres que fueron, imbricando tiempos diferentes: «Estoy pensado en mi hijo cuando veo a mi padre. Yo soy mi padre». Pero García no es sólo la firma identitaria familiar, sino la de cualquier hombre normal, ese que conduce un coche de marca extranjera, ese «que seré yo dentro de quince años, el pelo gris, la piel ajada», el desconocido, uno más. El tiempo corre en ese coche, con ese que no conocemos, que envejece como nosotros envejeceremos y como envejecerán nuestros hijos, que sufre una soledad existencial absoluta: «La de estar a los pies de la cama de tu hijo. La de estar a los pies de la tumba de tu padre. La de no saber qué número marcar. Ni para qué». Amarga más que dulce es la visión de la vida.

Otra serie de poemas hablan de una realidad ciudadana y política, que tiene un nombre: España. Es un tema que ha vuelto a interesar a la poesía del presente, hasta el punto de que la revista Ínsula dedicó hace pocos meses un número al asunto. España es el nombre de la vida en común, de una manera de ser y de obrar; es el nombre de la vida social y política que reflejan promesas, elecciones, fraudes y demás. Qué hermoso programa dicta uno de los poemas: «Ser español sin estridencias. Amar la lengua, no usarla como arma arrojadiza. Entender los afectos como algo personal e intransferible. Y la puerta siempre abierta, o al menos entornada. Sanidad, educación, servicios públicos: eso es la patria. Y pagar impuestos. Y vivir y dejar vivir». Estas citas muestran, además, que estamos ante poemas en prosa, pero muy diferentes a los inaugurales de Platero o de Ocnos, si bien el autor del segundo sigue siendo referencia inexcusable para un García Casado que titula su último poema civil Pensando en Cernuda .

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