Diario de León

MAXIMIANO PASTRANA autor del ‘manual del patrimonio de león’

«Busqué saber qué somos los leoneses»

«La comarca que más me ha impactado es la Cabrera: visitar sus pueblos es como hacer un viaje en el tiempo» «No podemos sentirnos muy orgullosos del estado en el que se encuentra nuestro patrimonio»

Maximiano Pastrana (Gusendos de los Oteros, 1942), con la nueva edición de su manual histórico-artístico

Maximiano Pastrana (Gusendos de los Oteros, 1942), con la nueva edición de su manual histórico-artístico

Publicado por
E. GANCEDO
León

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De terapeuta y experto en psicología social residente en Estados Unidos —trabajó como orientador familiar con niños y jóvenes protegidos por los servicios sociales del Estado de Texas— a difusor de los valores y bellezas patrimoniales de las comarcas leonesas. Maximiano Pastrana (Gusendos de los Oteros, 1942) acaba de sacar la segunda edición de su Manual de la historia y del patrimonio de León y provincia (Lobo Sapiens), «sorprendido» por el éxito de una iniciativa que nació de la pura curiosidad y del afecto hacia su tierra natal.

—¿Cómo surgió la idea de escribir este ‘Manual de la historia y del patrimonio de León’?

—A mi regreso de EE UU, donde viví durante más de veinticinco años, me uní en 2007 a la Capilla Clásica de León, donde solía presentar los conciertos que dábamos por los pueblos de la provincia. Poco a poco fui recogiendo notas de cada uno de los lugares que recorríamos, y cuando, en 2010, se celebraron los once siglos de existencia del Reino de León, decidí ahondar en el conocimiento de mis raíces, que había mantenido olvidadas. Comencé con la lectura de la Historia de la ciudad y corte de León y de sus reyes, del agustino Manuel Risco. Y seducido por nuestra historia y animado por mis amigos, fui ordenando mis notas para compartirlas y así contribuir a comprender lo que los leoneses somos y sentimos.

—El reto de síntesis, a priori, no parece cosa sencilla...

—Tras siete años de labor, el proyecto empezaba a tomar forma. Pero pronto me di cuenta de las dificultades que entrañaba: recoger milenios de riqueza informativa, de forma que no resultara ni demasiado esquemática ni muy extensa, era tarea osada y compleja. A la extensión en el tiempo (sintetizar más de mil años de historia) se añadía el reto de hablar de un reino que ha tenido límites extensos y cambiantes.

—¿A qué tipo de lectores va dirigido?

—No es un estudio a fondo ni para expertos o especialistas. Es una obra de divulgación en la que ofrezco, para el público en general, el trabajo que los investigadores y arqueólogos comparten en un círculo limitado de especialistas. Lo presento como un manual de consulta donde, en una misma obra, pueda encontrarse información somera tanto de la historia de León como del patrimonio artístico de la capital y de una buena parte de sus pueblos.

—¿Le sorprendió el éxito de la primera edición?

—Sí, puesto que, aunque en EE UU había publicado una obra de autoayuda, éste es el primer libro que presento aquí y no podía prever el nivel de aceptación. Mi sorpresa comenzó con la masiva asistencia de público a su presentación en el palacio del Conde Luna, en febrero. Y ahora con esta segunda edición que sale corregida y mejorada.

—¿Cómo está estructurado?

—En un mismo volumen divido el trabajo en dos partes: en la primera cubro, de forma sistemática y con un desarrollo cronológico, el devenir de los hechos ampliado con los personajes que hacen de hilo conductor de la historia del reino, amén de notas complementarias de la historia de España, para contextualizar. En la segunda comienzo con los monumentos que componen el patrimonio de la capital y paso luego a aquellos que enriquecen el patrimonio disperso de una buena parte de las localidades de esta extensa provincia.

—¿Qué hito histórico destacaría de cuantos refleja en la obra?

—Resaltaría el hecho, acaecido por primera vez en la historia, de la convocatoria de los tres estados en Cortes, en 1188, hecha por el rey de León Alfonso IX. Aunque no se pueda decir propiamente que esto supusiera el nacimiento de la democracia, sí que fue el embrión del parlamentarismo democrático.

—¿Y qué lugar en concreto, de los que consigna en el libro, le ha sorprendido o fascinado más?

—Más que un lugar en concreto, que ha habido varios, prefiero resaltar una comarca en particular, la Cabrera. Visitar sus pueblos es como hacer un viaje en el tiempo: resulta impactante su visita. El mismo aislamiento que han sufrido sus gentes ha contribuido a que se hayan preservado paisajes, costumbres y modos de vida ancestrales.

—¿Y cuál cree que se haya en peor estado, cuál corre serio riesgo de desaparición?

—Destaco uno del que recientemente se hacía eco el Diario: el estado deplorable en el que por demasiado tiempo se han dejado las ruinas del monasterio de San Pedro de Eslonza, o las tan cercanas de la iglesia paleocristiana de Marialba de la Ribera. Pero sería larga la lista de obras y monumentos religiosos y civiles que se encuentran en mal estado o de los que fueron enajenados, sustraídos, mal vendidos, extraviados o demolidos para ser reutilizados sus materiales por individuos o corporaciones… Y es que ese es uno de los fines que persigue esta obra?: que se tenga un mejor cuidado de nuestro patrimonio, algo de lo que, hasta ahora, no podemos sentirnos muy orgullosos.

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