Una figura ejemplar

B ajo el título El recuerdo. Charo González apareció en 2008 el hermoso libro dedicado, tras su muerte, a la esposa de Conrado Blanco. Con parecidos planteamientos y estructura, siempre en gran formato y diseño de calidad, el protagonista del recuerdo es ahora Conrado Blanco González (La Bañeza, 1921-2014), un personaje posiblemente irrepetible por su dedicación y entrega.

Figura capital para el conocimiento de su ciudad natal —la «antigua villa del Viejo Reino de León», como acostumbraba a decir—, concitó en su persona, además, cualidades humanas definitivas: trabajador incansable, culto, generoso, humilde... La bondad hecha persona, es de esos nombres de los que uno siente orgullo al hablar y lo convierte en paradigma de la elegancia espiritual a la hora de contemplar el mundo y su concreta circunstancia. La fundación que lleva su nombre tiene el compromiso de que su legado perdure en el tiempo. Hermosa tarea y necesaria.

Un largo centenar de colaboradores, vinculados de una u otra forma, a la persona y personalidad del bañezano —patronos de la fundación, cronistas, familiares y amigos, poetas, escritores, periodistas, instituciones, pintores y artistas— trazan en estas páginas el dibujo poliédrico de este mecenas, tan inusual en estos tiempos que corren. Las imágenes gráficas sirven para fortalecer la trayectoria vital del? que hizo de la amistad una bandera inagotable y enriquecedora.

Además de la síntesis biográfica ofrecida en estas páginas (27-41), la obra intercala textos propios y paternos que hablan ante todo de cuestiones prioritarias. En definitiva, un libro que ha de servir como referencia ejemplarizante de la memoria que se convierte en colectiva, tan necesitada y olvidadiza.