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el territorio del nómada |

El amigo americano

A LO LARGO DE ESTA PRIMERA SEMANA DE JUNIO, LA UNIVERSIDAD ALFONSO X EL SABIO DE MADRID HA CELEBRADO EL SEGUNDO CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE EL ESCRITOR AMERICANO DE LA GENERACIÓN PERDIDA JOHN DOS PASSOS (1896-1970), CUYA OBRA LITERARIA POSIBLEMENTE FUE LA QUE MÁS HUELLA DEJÓ EN LA LITERATURA HISPÁNICA DEL SIGLO VEINTE. . divergente

El joven John Dos Passos, todo un enamorado de las cosas de España

Publicado por
ERNESTO ESCAPA
León

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Y no cabe decir que fuera por casualidad. Tanto la fidelidad y el entusiasmo de Dos Passos por España, como la seducción de su literatura establecieron un vínculo de cuyo legado forman parte novelas tan relevantes como La colmena, de Cela. Alumno de Santayana en Harvard, viaja a España en 1916 para estudiar la arquitectura hispanomusulmana. Su entusiasmo («me vuelve loco España») le lleva a repetir el viaje en años sucesivos, conectando con escritores y políticos españoles, cuyas impresiones recoge en diferentes volúmenes. Dos Passos cayó rendido ante el exotismo de un país mágico, cuyos iconos del Cid o don Quijote le fascinan. En su primera estancia, coincide en el tren que lo lleva a Toledo con el joven José Robles Pazos (1897-1937), que años después traduciría su Manhattan Transfer (1925), una de las grandes novelas del siglo.

VAGONES DE TERCERA

Aquel día visitaron las obras del Greco en Toledo y charlaron con absoluta complicidad. Luego lo llevaría al Ateneo, en cuya biblioteca le gustaba escribir. Y con él visita a Juan Ramón Jiménez, cuya familiaridad con la poesía americana le resulta deslumbrante, y más tarde a Machado en Segovia, y a Unamuno para una entrevista. De España le atrae el color, sus arquitecturas mestizas, la gente y los paisajes. Su condición de país con virtudes antiguas. Pero también le inquietan algunos pálpitos. Como cuando en 1919 recibe en el Ateneo al soviético Borodin, pidiendo orientación sobre a quién dirigirse para fundar el Partido Comunista de España. Dos Passos le remite a Fernando de los Ríos, asiduo del Ateneo. Muchos de estos episodios podemos leerlos en sus escritos referidos a España: Rocinante vuelve al camino (1922), que traduce la mujer de Robles, Marga Villegas, Años inolvidables y Viajes de entreguerras. Pero son obras de rescate reciente, en buena parte debidas al entusiasmo y tesón del novelista Ignacio Martínez de Pisón, cuyo relato documental Enterrar a los muertos (2005) desvela el drama que truncó la relación de Dos Passos con España, después del asesinato por los rusos de Robles en Valencia.

ROCINANTE VUELVE AL CAMINO

Dos Passos fue hijo ilegítimo de un abogado neoyorquino y de una hacendada virginiana. El rechazo del padre a asumir ese vínculo hasta que el niño tuvo catorce años, disparó sus conflictos emocionales. La madre lo llevó al rancho sureño y luego lo paseó en continuos viajes por Europa, hasta definirse más tarde como «un niño de hotel». Una experiencia que aprovecha en sus libros, donde brota la sensación de aislamiento agobiada por una identidad confusa. En sus años de Harvard, además de la estela de Santayana, disfrutó la complicidad de su compañero el poeta EE Cummings, con quien iba a viajar a España en 1921. Ya en Nueva York, entra en contacto con quienes rechazan claramente la gran guerra europea. En ese contexto, resulta decisiva su participación como conductor de ambulancias en Francia e Italia.

Aquellas experiencias nutren sus primeras novelas: La iniciación de un hombre (1920) y el gran éxito de Tres soldados (1921). También lo convierten en un activista crítico contra el capitalismo y sus derivaciones consumistas, tan propensas a la corrupción. Un año después, publica el libro de poesía Una carreta en el bordillo (1922) y Rocinante vuelve al camino (1922), ambos derivados de su experiencia española. De las seis secciones del poemario, dos están dedicadas a sus vagabundeos, que incluyen una ascensión a los Picos de Europa. Pero sobre todo resalta la admiración de Dos Passos a la dignidad con que los españoles encajan el atraso económico: mejor ser pobres que esclavos del ansia de dinero. El autor americano vivió los felices veinte criticando un sistema social que alentaba la indiferencia, en lugar de avivar el compromiso de mejorar las condiciones de vida.

LA VIDA EN VIÑETAS

Más de una centena de personajes transita por su novela mayor, Manhattan transfer (1925), que es una de las grandes obras narrativas del siglo veinte. Su protagonista es la ciudad, cuyo pulso transcurre a lo largo de una generación. En medio de esa urdimbre, un idealista soñador contempla cómo medra una legión de tipos sin escrúpulos, materialistas acuciados por las apetencias más sórdidas. Un universo abigarrado y estridente desfila por sus páginas, que incorporan al relato la técnica cinematográfica. Dos Passos crea el contrapunto que tres años después Huxley lleva a su madurez. El centenar de personajes baraja magistralmente dramas y farsas, sin perder el hilo, que sostiene la ciudad babilónica con sus infinitos tentáculos. Los elogios al libro fueron unánimes, incluido el primer novelista americano galardonado con el Nobel, Sinclair Lewis, cuya Babitt también tradujo José Robles Pazos. La novela de Dos Passos fue sin duda una de las más altas expresiones del cubismo literario. Luego, publica su trilogía USA , que repasa el siglo americano hasta la gran depresión económica causada por el crac de 1929. La componen las novelas Paralelo 42, 1919 y El gran dinero. En sus páginas aparecen el empresario Henry Ford, a la dinastía Morgan de banqueros, el actor de cine Rodolfo Valentino y la bailarina Isadora Duncan. De repente, la onda rutilante se quiebra y todo se hunde. Sobreviene la más terrible de las catástrofes, que quiebra las vértebras de un país que se creía al margen de los infortunios.

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