El autor que reconcilia familias

E l escritor François d’Epenoux consiguió el premio de los Libreros Franceses en 2014 con El despertar del corazón , una «fábula» que se convirtió en un best-seller gracias a su historia de una familia a través de tres generaciones y de cómo reconcilian pasado y presente. «Para mí es un libro sobre la transmisión, sobre la herencia de los valores que transmitimos a los más jóvenes, y también de los valores que ellos nos transmiten a nosotros. Es un intercambio», explicó d’Epenoux (Doubs, Francia, 1963) sobre su primera novela editada en España.

El despertar del corazón (Grijalbo) narra las entrañables vivencias de un abuelo cascarrabias y anclado en el pasado, el Viejo, que ha dejado de entender el mundo en el que vive, y su nieto de seis años, Malo, quien aún no sabe muy bien qué es la vida.

Jean, el padre de Malo, lleva a su hijo con el Viejo durante un verano luminoso y a través de la naturaleza y de las cosas sencillas del día a día, ambos descubren la importancia de tenerse y de aprender el uno del otro.

D’Epenoux crea así un puente entre dos generaciones muy diferentes con este relato en el que pretende remarcar las cosas que unen a los dos protagonistas en lugar de centrarse los detalles en los que difieren. «Son tres personajes masculinos, de la misma familia, cada uno con su vida, su visión propia del mundo (incluso el más pequeño), y sus universos y se habla de cómo se transmite lo mejor de lo que cada uno de ellos ve en el mundo», remarca el escritor.

Para ello, explica, tomó como punto de partida el personaje del Viejo y lo construyó como un hombre «crítico y testarudo, a la vez que tierno y divertido», inspirándose en su padre y en el cineasta parisino Jean Becker, quien adaptó en 2008 en la gran pantalla la novela Deux jours à tuer de d’Epenoux.

En la otra cara de la moneda el autor sitúa a Malo, que encarna «la vida, la alegría y las nuevas tecnologías» y que consigue «despertar el corazón del abuelo y le da unas nuevas ganas de vivir».

Tanto es así que, el anciano, alérgico a las nuevas tecnologías y cuya única posesión del siglo XXI es un DVD para poder ver películas como No toquéis la pasta , accede a aprender a hablar por Skype para poder seguir en contacto con su nieto. A cambio, Malo volverá a París sabiendo pescar y habiendo disfrutado de un verano a base de esas pequeñas vivencias que los más pequeños se pierden «cuando están pegados a la pantalla del móvil».

El autor de otros títulos como Les Papas du dimanche , también llevado al cine en 2012 por el director Louis Becker, subraya que cada personaje «encarna» un periodo de tiempo y que «al final lo que es más importante es la relación que hay entre ellos». «Llega un momento que ves todas las diferencias, pero estas diferencias ya no son lo importante. Lo importante es lo que les une a estas tres personas, a estos tres periodos, a estos tres momentos», apostilla, añadiendo que el objetivo de El despertar del corazón era no caer en la nostalgia.

Una persona mayor, dice, puede prestar testimonio del mundo que ha vivido pero sin caer en la nostalgia, «porque no puedes decirle a un niño pequeño ‘antes todo lo que había era mejor’, porque los niños están para encarnar el futuro».

«Lo que he querido contar —añade— es que, aunque en el momento no te das cuenta, cada época tiene sus dificultades, sus alegrías, sus buenos momentos. Así que podemos transmitir valores pero utilizando la nostalgia en su justa medida, con precaución porque no podemos hacer que los niños teman el futuro».