Escenario de dos épocas

H ay que empezar diciendo que estamos ante una novela de fondo histórico muy hermosa, muy trabajada y en la que encajan con precisión todas las piezas de dos historias paralelas «que van desde la intriga y la exposición de ideas al retrato social de una época que abarca desde mediados del siglo XIX hasta la segunda mitad del XX». Dicho esto, parece fácil deducir que, por una parte, el escenario se centra en los últimos años de la presencia española, y, por otro, en la llegada de «los barbudos» al poder de la isla, con los correlativos tiempos españoles. Tiempo, en definitiva, que presagia grandes cambios políticos y sociales, en una y otra parte del mar, en dos países con tantos lazos comunes.

Sobre la trama de un generoso fondo histórico, también en los escenarios desfilan amores, intrigas, muertes, sagas familiares, «obispos, diplomáticos, espías por obligación, figurones reconocibles de la intelectualidad y otros personajes de variada catadura, que animan el relato», en palabras de Fernando Martínez Laínez, que prologa esta curiosa, interesante y atractiva novela, con una alta dosis de ironía, humor, ácido con frecuencia, esperpento y permanentes juegos y trueques de palaras al servicio de la efectividad narrativa. Cobran especial relevancia, a juicio de quien esto firma, la galería de cuantos personajes pueblan estas páginas, muy dispares pero hacedores, en su propia medida, de la historia cubana y española de sus tiempos. Entre otros muchísimos méritos, que prolongarían el comentario mucho más allá de los límites habituales, sería imperdonable no aludir a la riqueza lingüística y las referencias metaliterarias. La ductilidad de la primera conduce a una estupenda y natural fluidez narrativa. La segunda, por su parte, permite, o ayuda a construir la propia obra desde la solidez de muchas lecturas de fondo. No serían suficientes, en cualquier caso, sin la propia capacidad narrativa, de la que el lector toma rápidamente conciencia, por la intensidad con que se presenta y sirve de estímulo.