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el territorio del nómada |

El abuelo indignado

HOY SE CUMPLE EL CENTENARIO DE JOSÉ LUIS SAMPEDRO (1917-2013), CUYA IMAGEN CERCANA DE NOVELISTA DE ÉXITO Y OPINADOR LIBRE DISTRAE SUS ANTECEDENTES CONSERVADORES. UNA VEZ JUBILADO, EVOLUCIONÓ RADICALMENTE HASTA CONVERTIRSE EN UNO DE LOS INTRÉPIDOS ABUELOS DEL 15-M. . divergente

El inolvidable economista y escritor José Luis Sampedro

Publicado por
ERNESTO ESCAPA
León

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P ero este fulgor postrero no puede ocultar sus pasos previos, menos conocidos. Economista y catedrático de la universidad de Madrid, además de escritor, Sampedro nació en Barcelona y repartió su infancia entre Tánger (destino de su padre, médico militar), el pueblo soriano de Cihuela, el colegio en Zaragoza y Aranjuez, otra vez con la familia. A los dieciséis años, obtiene una plaza en Aduanas, que ocupa en 1935 en Santander. Allí le sorprende la guerra, incorporándose al batallón republicano alojado en el balneario de Corconte, junto al puerto del Escudo. Intentó desertar, pero no tuvo suerte. La caída del frente Norte le llevó a Melilla, junto a su padre, desde finales de 1937 a octubre de 1938. Mientras, la madre seguía en Madrid con sus hermanos. Se inscribe en Intendencia de Montaña y va destinado a los Pirineos, de donde pasa ya en 1939 a Saúca (Guadalajara) y Huete (Cuenca). Al final de la guerra, vuelve a Madrid, para estudiar Letras, y trabaja en el ministerio de Hacienda. Publica su primer cuento en una revista de la Sección femenina en 1940, y en un viaje a Santander, para recoger sus cosas, lee a sus amigos el borrador de La estatua de Adolfo Espejo (1939), su primera novela, que sólo verá la luz en 1994. En 1944 se casa con Isabel Pellicer, funcionaria de Vivienda. Estudia Económicas por las tardes y asiste a tertulias literarias. Licenciado con premio extraordinario en 1947, en 1950 empieza a dar clases en la facultad como profesor de Estructura Económica, a la vez que se incorpora al servicio de Estudios del Banco Exterior, como encargado de su boletín de estudios de mercado. En 1947 había concurrido al premio internacional de novela de Janés, con La sombra de los días (1945), que ganó el granadino Juan Antonio Espinosa, después de haber publicado cuentos en las revistas Proel y Escorial. Su manejo de idiomas le facilita los viajes al extranjero, como el que da pie a su novela Congreso en Estocolmo (1952), donde asiste a un curso de la Escuela Bancaria enviado por el Banco Exterior. Novela chispeante, tejida con plurales enfoques, nos muestra al profesor soriano Miguel Espejo deslumbrado por la pasión de su aventura con la sueca Karim. A su regreso, sentencia: «la familia es el lastre del hombre, al menos en España».

EL RÍO QUE NOS LLEVA

El contraste de escenario exterior y protagonista lugareño se invierte en la siguiente: ‘El río de que nos lleva’ (1961), donde el irlandés Roy Shannon sirve de hilo al viaje fluvial de los gancheros por el Tajo, como expresión del vitalismo que vence a los callejones sin salida. Los gancheros ue conducen los troncos desde la sierra hasta Aranjuez imparten una lección de libertad al extranjero desarbolado por la contienda mundial. Esta novela supera la confusión de puntos de vista narrativos de la anterior y en su momento esquivó el Planeta de 1960, finalmente recaído en Tomás Salvador. A esas alturas, Sampedro ya era catedrático (1955) y seguía en el ministerio con Arburúa, formando parte del grupo de economistas que diseña el Plan de Estabilización, junto a Fuentes Quintana, Rojo y Sardá. También ha probado suerte en el teatro con mediana fortuna. Si La paloma de cartón (1950) le valió un Calderón de la Barca troceado para cuatro, la revista Cuatro mujeres y un día o las cuatro bodas (1951) le alentó a seguir intentándolo: Un sitio para vivir (1955) fue su despedida. Lo que supuso una auténtica sacudida a su estabilidad rutinaria fue la expulsión en 1965 de los catedráticos Aranguren, Tierno y García Calvo. Entonces funda, junto a Maravall padre y Truyol, Ceisa (centro de estudios e investigaciones), donde dar cobijo a los expulsados, pero acabará siendo clausurado por el gobierno. En esa década, publica estudios económicos importantes, traducidos a varios idiomas: Perfiles económicos de las regiones españolas (1964) y Las fuerzas económicas de nuestro tiempo (1967). Un año después inicia su andadura exterior por universidades americanas e inglesas, que concluye en 1971. Simultáneamente, fue Consejero Nacional de Estadística, con excedencia en la universidad. En 1969, su novela El caballo desnudo quedó finalista del Planeta que obtuvo Sender. En sus páginas, la anécdota de la Liga para la Moral Animal, empeñada en vestir a los animales, se convierte en sátira de pacaterías.

GRANADA MADUREZ

Después de su designación como senador real, la irrupción de Octubre, octubre (1981), su novela mayor y más compleja, dio una dimensión distinta al escritor Sampedro, quien no oculta su simpatía por la protesta política de los personajes, cuya vivencia se catapulta sobre un lecho de culturas e ideologías. Novela polifónica de maduración lenta, decanta lo más granado de sus obsesiones en la geografía madrileña de los Austrias. La urdimbre de voces y tiempos nos acerca la compleja psicología de una pareja que se debate entre el amor, el erotismo y la mística en el marco de un mes revolucionario, violento, otoñal y declinante.

El recetario ternurista se acentúa en La sonrisa etrusca (1985) y desborda tanto La vieja sirena (1990) como El amante lesbiano (2000). Entre medias, rescata sus cuentos en dos volúmenes: Mar de fondo (1992) y Mientras la tierra gira (1993), abrocha la trilogía Los círculos del tiempo con la visión anular de su novela histórica Real Sitio (1993) y reedita sus primeras novelas en 1994. Póstumamente, han visto la luz tres libros antológicos de su ideario.

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