Una novela intensa y atractiva

H ay novelas que enganchan desde el primer momento. Esta es una de ellas, por la capacidad de integrar en sus páginas numerosas historias que fundamentalmente radiografían la España de posguerra con los enlaces humanos y sociales que conducen a la actualidad.

Gabino González, que había emigrado a Argentina cuando murió su padre, interrumpiendo así los estudios de Derecho, regresa en 2002 con una «holgada posición», aunque la muerte de Conchín, su esposa, había dado «un desaventurado vuelco a mi existencia», al igual que cierto despego de sus hijos. Medio siglo después llega a su Asturias natal, lleno de recuerdos, imágenes y nostalgia por revivir los años de infancia y juventud, lo que no es fácil. Máxime cuando late la sospecha de que la muerte de su padre no fuera fortuita. Pronto será consciente de que «hayan ocurrido en pocos años tantas desgracias y tantos sucesos trágicos, enmarañados y turbios», llenos de desmanes, debidos especialmente a un personaje de «mente atormentada y perversa que se fue afirmando con la edad y la impunidad, hasta convertirse en la de un encarnizado y psicópata asesino». Con no pocas certezas y la historia de amor vivida, regresa de nuevo a Argentina. Estamos ante una novela intensa, apasionante para quien esto escribe, por la interpolación del pasado, próximo y remoto, y el presente de la acción en curso, por las historias paralelas generadas en uno y otro caso, por el dibujo de la realidad sociopolítica y por la constante tensión recreando muy bien la atmósfera y ambiente. En este dibujo, el magnífico elenco de personajes fortalece el interés, al igual que las descripciones, siempre sugerentes, y la visión crítica que se alza ante la visión de temas candentes de actualidad. Todo ello se incorpora a la trama narrativa con naturalidad, llevada al cuidado de una prosa ágil, fácil y fresca, rica y original. Una de esas novelas de las que uno se siente satisfecho de haber leído.