Ian Gibson: «Ahora he quedado en paz»
l Rescata su mítico trabajo sobre Lorca, editado en 1971 y descatalogado desde hace 13 años. EL ASESINATO DE GARCÍA LORCA Ian Gibson Penguin Random House, 2018. 464 páginas
E n el año del 120 aniversario del nacimiento de Lorca, Ian Gibson (Dublín, 1939) ha revisado el primer libro de su amplia obra, El asesinato de García Lorca , publicado por primera vez en Francia en 1971 —a España no llegaría hasta el año 79— y «descatalogado» desde su última reimpresión, en 2005. Y con este nuevo volumen, editado por Penguin Random House y enriquecido con nuevos estudios publicados desde su última revisión, el experto lorquiano firma su aportación «definitiva» a la vida, muerte e investigación del autor de Poeta en Nueva York . Definitiva porque, ahora, Gibson queda «en paz», después de media vida dedicada al estudio del poeta granadino: «Tengo que hacer otra obra diferente, si me da tiempo. No puedo seguir persiguiendo la tumba de Lorca hasta mi propia tumba», subraya.
«En el año 1971, no tenía ni idea de qué podría ocurrir, pero lo que me sorprende ahora es que todavía no se hayan localizado los restos. Aunque creo que los vamos a localizar», aventura el hispanista irlandés, que posee la nacionalidad española. Gibson sostiene esta afirmación citando una información del diario La Razón que asegura que en la fuente del Parque Lorca de Alfacar (Granada) «podría haber restos humanos». «Depende de la Junta de Andalucía —apostilla el autor—, pero parece ser que ahora vamos a saber en qué sitio del parque está. Con lo cual, podemos estar cerca de un descubrimiento de gran importancia».
Aunque, matiza, «si la familia no quiere que se saquen los restos, no se sacan». Gibson no aboga por que se ponga un «monumento grande» en honor al poeta y dramaturgo, sino que quiere saber, simplemente, «dónde está el amado poeta». «Deseo ardientemente que se descubran los restos de Lorca, y los de todas las demás víctimas de la guerra. Él las representa, es el máximo símbolo del horror y la represión franquista. Y además es el poeta español más conocido de todos los tiempos», apunta sobre el «desaparecido más llorado del mundo». Y para poder tener la certeza de dónde se encuentran los restos del poeta para poder «ponerle flores», Gibson pide a la «derecha española» que sea «magnánima» porque «no se puede dejar a 100.000 personas en cunetas»: «Eso ningún país decente lo hace. Después de Camboya, España es el país que más fusilados tiene en cunetas», sostiene.
«Siempre se habla de las dos Españas y hay que superar en lo posible esa idea, pero claro, aquí la derecha no ha sido magnánima. Y la derecha española, que es católica, tiene la obligación de ser magnánima, que es lo cristiano», reclama. Gibson reconoce también que el «único sitio» donde «se ha hecho justicia desde la derecha» ha sido en Málaga, donde su alcalde, Francisco de la Torre (PP), «no se ha opuesto a las exhumaciones» e «incluso asistió» a la inauguración del cementerio de San Rafael. El «resto de la derecha», afirma, «no lo ve así»: «Dicen que es remover odio, y eso es mentira. Y que es reabrir heridas, también mentira: no se puede reabrir una herida que no se ha cerrado. Nadie está buscando venganza, solo quieren ver los huesos del abuelo antes de morirse», recalca.
En este sentido, Gibson señala lo que para él es otro «error político» es «la repatriación por parte del Ministerio de Defensa de los restos mortales de 29 soldados de la División Azul muertos en Rusia durante la II Guerra Mundial, con un coste de unos 23.200 euros», entre los años 2003 y 2017.
«Primero habría que atender a las víctimas de la represión franquista que están en cunetas. Lamento los muertos de la División Azul, pero me parece un sarcasmo estar dando primero dinero en traer a las víctimas que apoyaban, al fin y al cabo, al fascismo», dijo.