El mundo que nos cerca

R icardo Magaz no es un escritor nuevo, pero sí polifacético en sus obras. El ser novelista y pertenecer al mundo de la policía facilita su dedicación literaria. Ello explica la variedad de sus trabajos en diversos géneros y el tratamiento distinto de sus libros. De ahí que Crónicas del nueve parabellum sea un feliz y complejo totum revolutum creativo. Tal vez esa sea la causa de su atractivo. Por decirlo sintéticamente: estamos ante el panorama descrito por alguien que conoce bien la metonimia de la ‘parabellum’ por su humanidad y su cultura. Y, sobre todo, porque Ricardo Magaz conoce muy bien los peligros que acechan a este país.

La lectura de la obra nos pone ante el compromiso de saber qué es mejor: la literatura testimonial, teórica, científica… o la exposición de los problemas que, en su misma vida, cualquiera puede sufrir. Los problemas son tantos que nada del alma queda ausente. Pero lo grave sería que el lector quedara dominado por la crudeza del mundo actual y la forma expresiva con la que Ricardo Magaz expone el contexto sociológico, con análisis y perspectivas dramáticos. No es posible reseñar los capítulos de la obra, que incluye desde visiones personales hasta fenómenos universales. Ese es el peligro inminente que, como demuestra Ricardo Magaz, acecha a este país, desgraciadamente tan bien situado.

Aparte de todo este mundo variado, complejo, inesperado, la obra se cierra con dos extensos apartados leoneses, que captan la atención del lector: Caso Isabel Carrasco , analizado desde la perspectiva personal, urbana y policiaca, y Caso peregrina Denise Pikka Thiem , con implicaciones sociológicas muy variadas que conmocionaron a la ciudad leonesa.

Son un buen epílogo, un buen final para resumir en él muchas de las reflexiones que el libro denuncia o apunta, con un estilo ágil y dinámico. En resumidas cuentas: hay que reflejar el delicado panorama que en estos temas puede sufrir una ciudad como León, aunque la mirada de Ricardo Magaz sea más amplia, universal y crítica.