POESÍA
Vivir la misma vida nuevamente
Y Andrés Trapiello Pre-Textos, Valencia, 2018. 104 páginas
A ndrés Trapiello, autor de novelas, ensayos y un copioso diario en varios tomos, va cimentando a la vez un universo poético en el que las notas distintivas son, entre otras, la naturalidad y la sencillez de visión y de lenguaje. Seis años han pasado desde la publicación del poemario anterior, Segunda oscuridad . El ahora publicado se titula escuetamente Y , título que el poeta se ve obligado a explicar y sugerir su sentido: desde su casa de campo se ven dos caminos que se juntan formando una y, letra que expresa «unión y sucesión». Sea lo que fuere, los versos de Trapiello los inspiran los aconteceres de cada día, los instantes de una cierta plenitud, lo que a uno le sorprende, sea una idea, un sueño, un detalle, una escena o un sentimiento que fijará el poema como si el instante vivido fuera eterno. Instante y sucesión son vocablos que delimitan muchos de sus poemas. El instante poetizado no es algo extraordinario, sino lo que el transcurrir del día va deparando y que a un espíritu menos fino pudiera pasar desapercibido: el olor a tierra mojada tras la tormenta, «los vuelos sutiles del verano» (la abeja, la mariposa, la libélula), el canto prodigioso del ruiseñor, los matices amarillos de la oropéndola, el gran concierto de las aves, el «ebrio zumbar» del abejaruco, un ciruelo en flor, un sueño de inusual intensidad... El deseo del poeta es vivir ese instante de plenitud como si fuera eterno. El instante eterno lo expresa, por ejemplo, el poema Amapola : ese encuentro único entre el yo y una amapola escogida entre el cúmulo de las mismas: «Nunca jamás volverán a cruzarse nuestras vidas. / Así de breve es todo. / Pero en lo breve, es cierto, ninguna eternidad ha sido tanto». Ningún género literario declara mejor la plenitud del instante que el haikú, que expresa un momento de iluminación, una intuición momentánea y concreta y que sintetiza la revelación del instante único. El Haikú del ruiseñor de Trapiello no necesita explicación: «Sólo una de las hojas / del alcornoque / se llama ruiseñor».
La naturaleza vivida es el ámbito de la poesía de Trapiello, una naturaleza con la que palpita al unísono, con la que el poeta comunica y comulga con sentimiento agradecido; y aunque la idea del acabamiento sea probablemente la más persistente en el poemario, no se manifiesta con ánimo decaído, sino con el impulso alegre de vivir la vida como un don hermoso. Por eso el verso final compendia un sueño: «Vivir la misma vida nuevamente».