Diario de León

El hombre que vestía de inglés y escribía como nadie

García Maldonado reivindica en un ensayo a Juan Benet como uno de los grandes de la literatura del siglo XX . León ha querido ‘ahogar’ la memoria de Juan Benet, uno de los escritores más brillantes del siglo XX, al que nunca perdonó que construyera el pantano del Porma. Pero León está inexorablemente unido a Benet y a Región, el Macondo leonés de este ingeniero. Rafael García Maldonado reivindica la «alta literatura» de Benet cuando se cumplen 25 años de su muerte «Benet fue un autor que se encomendó a sí mismo la dura tarea de reformar y sacudir las letras» españolas». «En los 60 se propagó en Madrid que había un hombre que vestía de inglés y escribía de manera inigualable» Rafael García Maldonado reivindica en un ensayo la alta literatura de Benet frente al «sencillismo»

Juan Benet.

Juan Benet.

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VERÓNICA VIÑAS / CARMEN NARANJO
León

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Vegamián, Campillo, Utrero, Lodares, Ferreras, Quintanilla, Armada y Camposolillo descansan bajo el pantano del Porma desde hace medio siglo. En mayo, vecinos y descendientes de estas localidades se reunían ante la presa. Juan Benet, el ingeniero que la construyó, se convirtió en un ‘maldito’ desde entonces para muchos leoneses. Pese a que Benet situó su particular Macondo en este territorio leonés, al que dedicó la magistral novela Volverás a Región, nadie se ha acordado de recordarle cuando se cumplen 25 años de su muerte. Para muchos seguirá siendo el ‘verdugo’ de Vegamián, antes que uno de los mejores escritores del siglo XX.

El que sí le ha perdonado es Julio Llamazares, que en mayo mantenía un coloquio en la Fundación Cerezales con Marisol Benet, hermana del ingeniero. Antes de publicar Distintas formas de mirar el agua, el escritor nacido en Vegamián tituló precisamente así una conferencia que impartió en San Sebastián, donde reconoció que un pantano le convirtió en ciudadano de ninguna parte y, al mismo tiempo, despertó su vocación poética. Contó entonces que conoció al responsable de que las aguas sepultasen su pueblo, el también escritor Juan Benet; y cómo este ingeniero escribió a pie de presa Volverás a Región, «que es para mí más que una profecía. Es la poética de mi propia obra».

Llamazares y Benet mantuvieran una extraña relación entre la admiración y el recelo —pues Benet pensaba que Llamazares le odiaba por haber anegado su pueblo— y tenían también dos visiones diferentes del mismo pantano. «Es cierto, el viajero que saliendo de Región pretende llegar a su sierra siguiendo el antiguo camino real —porque el moderno dejó de serlo— se ve obligado a atravesar un pequeño y elevado desierto que parece interminable». Así comienza Volverás a Región.

Vicente Molina Foix sostiene que Juan Benet, un «gran personaje anómalo» en la literatura española desde que en los 60 se propagó en Madrid el rumor de que había un hombre que «vestía de inglés, era muy alto y escribía de manera que nadie igualaba». De hecho, The Times lo comparó en 1993 con Marcel Proust en Francia, James Joyce en Irlanda y William Faulkner en Estados Unidos.

El Alto Porma en el que Benet trabajó entre 1962 y 1964 no es el territorio mítico que late en las novelas de Llamazares, Luis Mateo Díez o Antonio Colinas. Benet habla de «un lugar de difícil acceso, al que se llega después de una travesía complicada». «El viaje no puede ser más desconsolador: una llanura sin encanto, una meseta pobre y seca cortada al norte por el farallón calizo que sólo puede coronarse con la cuerda; y por el este un desierto de ardiente yeso salpicado de rocas basálticas, descompuestas y afiladas, que al parecer la Sierra ha ido soltando con desgana...».

Un ensayo reivindica ahora la alta literatura de Juan Benet frente al «sencillismo». Benet. La ambición y el estilo es el ensayo escrito por Rafael García Maldonado y publicado por Ediciones del Viento para repasar en profundidad «qué monumento literario fue capaz de construir» el ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Juan Benet (Madrid, 1927-1993).

Un hombre «extraordinario e irrepetible», según sostiene García Maldonado, que repasa la vida personal, profesional y literaria del escritor madrileño en este ensayo biográfico en el que defiende la exigencia estilística y la profundidad de pensamiento frente «al ruido, la furia y la banalidad». Fue William Faulkner el culpable de que Benet se convirtiera en escritor, y así lo dirá en muchas ocasiones: «Si un día de 1947 mis ojos no hubiesen tropezado con una página de Faulkner sería ahora un ingeniero español de mediana edad, con acaso más lecturas en mi haber de las convenientes y con cierta curiosidad por los relatos de fantasmas, las novelas sobre el mar y las historias romana y bizantina». García Maldonado habla también en su libro de las cartas que intercambió con Carmen Martín Gaite, en las que Benet deja entrever su dolor porque cree que es un simple aficionado que no llegará a nada en la literatura, «un simple ingeniero diletante de las letras, que hasta la fecha solo ha despertado la atención de media docena de amigos íntimos». Sobre el estilo literario, recuerda el artículo que Benet publicó en 1966 en la Revista de Occidente y que considera uno de los ensayos más lúcidos e imprescindibles que se hayan escrito sobre teoría literaria. Una teoría literaria que el autor resume de esta forma: en literatura el tema en sí puede ser poca cosa en comparación con la importancia que cobra su tratamiento. Según Benet, que escribió una treintena de libros, sin un estilo propio el escritor no va a ninguna parte, al menos a ninguna parte dentro de la alta literatura. García Maldonado cree que en la actualidad es más necesario que nunca «resucitar literariamente a un autor o una literatura que no hicieron sino engrandecer la tarea literaria, sobre todo ahora en estos tiempos en los que cualquier cosa que lleve letras y papel se juzga como una obra maestra imprescindible, si es necesario».

¿Era un postmoderno?: Es posible, muy probable, sostiene el autor, que considera que Benet, fallecido en Madrid el 5 de enero de 1993, «llegó como un elefante vanguardista a una cacharrería literaria llena de social-realismo y de costumbrismo» Con esa España en blanco y negro rompió Benet con su obra experimental Volverás a Región, una novela en la que crea un espacio mítico. Volverás a Región es mucho más que una novela, asegura García Maldonado: Es un tratado sobre filosófico sobre el tiempo, un ensayo sobre el alma, un libro de historia sobre la guerra civil, un óleo sobre la desesperación del hombre en el mundo y su enigma constante». Un monumento literario «imperecedero y fascinante» que tuvo una acogida muy tibia por parte del público, aunque le fue mejor con la crítica literaria, señala el ensayo. Porque, agrega, Benet fue un autor que se encomendó a sí mismo «la dura tarea de reformar y sacudir las letras españolas», el novelista más original e innovador del siglo XX español.

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