Diario de León

«Coger un libro es un acto de militancia»

l Katherine Pancol, experta en la disección de las relaciones, quiere repetir el éxito de otras trilogías. TRES BESOS Katherine Pancol Alianza Editorial, Madrid, 2018. 640 páginas

albin michel

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miguel lorenci
León

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E l me too y el feminismo han logrado cosas maravillosas, pero están complicando en extremo las relaciones entre hombres y mujeres, dificultándolas y enrareciéndolas». Lo lamenta Katherine Pancol (Casablanca, 1954), la escritora francesa que ha protagonizado uno de los grandes fenómenos editoriales de la última década novelando relaciones de pareja y familia. Regresa con Tres besos (ADN), novelón sobre los amores de tres generaciones en el que rescata a sus personajes de la trilogía Muchachas y con el que aspirar a repetir su éxito. Y eso sabiendo que «coger un libro es hoy un acto de militancia».

De vuelta a París tras doce años en Nueva York, Pancol abomina ahora de la superficialidad de las relaciones y el implacable modo de vida de los urbanitas estadounidenses, del liberalismo salvaje de su economía y de la tiranía de la corrección política. Lanza loas la cultura y a los modos de relación y de vida en el viejo continente.

Sabe que el machismo persiste y se agrava en muchas partes del mundo, «que en países como Bolivia o México mata más mujeres que en Europa», pero a pesar de los avances la calidad de las relaciones entre sexos empeora por momentos. «Las relaciones entre hombres y mujeres están tomando un carácter imposible. Es muy grave lo que está pasando en Estados Unidos. Sabiendo que movimientos como me too y las denuncias por abusos han ayudado mucho a muchas mujeres, si caemos en el exceso y sometemos el deseo a cláusulas contractuales vamos mal, muy mal», dice.

«Los héroes hoy son las mujeres. Son seres de hierro», agrega la escritora. «Los hombres están un poco perdidos. En retirada. No saben donde ponen los pies y es como si estuvieran dormidos en sus laureles», es el diagnóstico de esta narradora francesa que ha vendido millones de libros de sus dos trilogías sobe nuestra manera de amarnos y de detestarnos.

«La situación no es fácil, pero la estamos complicada en extremo. Es innegable que abusa de su poder quien lo tiene, ya sea económico, laboral, político o emocional, pero la clave es el respeto». «Hay que ponerse en el lugar de la mujer, claro, pero si imponemos demasiadas reglas la relación se hace casi imposible», plantea. «La clave es no hacer al prójimo lo que no quieras que te hagan a ti», resume la escritora, que cosecha más éxito entre las mujeres, cree que «la literatura no tiene género». La posibilidad de fracasar no le quita el sueño. «Siempre hice lo que quise porque me apetecía, y seguiré haciéndolo. No tengo miedo al fracaso. Valoro los aspectos el triunfo, pero me importa un bledo», asegura risueña. «Me entusiasma publicar Tres besos , pero hay más cosas en la vida. Me gusta comer, viajar, conocer gente, bañarme en el mar, disfrutar de mis hijos, del amor... el éxito es algo abstracto y puede complicarte la vida. No refleja lo que soy. Mi libro preferido, Un hombre a distancia , es el que menos ha vendido. Me interesa es aprender y no tengo nada que demostrar», destaca.

Se hizo escritora por que su editor le obligó a escribir un libro —Moi d’abord — para rentabilizar el éxito de sus columnas. «Tenía 25 años y no me sentía escritora, pero vendí 300.000 ejemplares», rememora. Se permitió el lujo de instalarse en la ciudad de Nueva York y apartarse del ruido. Pero su editor le pidió otro libro al año siguiente. «Escribí el segundo para pagar los impuestos de primero y así hasta ahora. No me sentí escritora hasta el cuarto», ironiza.

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