Del hombre y sus soledades

M udar de piel , título de la obra, es también el título de uno de los cuentos. Aunque no sea el mejor de los relatos, presenta buena parte del mundo de la obra. En algún sentido podría ser considerado como un anticipo argumental: niños, adultos, viejos, padres, personajes extraños… ruedan por estas líneas de forma semejante a los tipos de la obra.

Recordemos a los del relato: una abuela muerta, un padre desaparecido que retorna en pos del testamento, una madre ‘abnegada’, la tía Martina, Arturo el hermano cojo, su hermano, jugador de fútbol, un hombre con una gorra de béisbol…. Todos ellos con extraños misterios personales. Como final inesperado surge, en forma de regalo, un viaje a París. Y cerrando el relato la llegada de una carta del padre, que se va a Méjico, acaso como se van los recuerdos, para no volver. Los relatos de Mudar de piel son casi novelas cortas con excelentes adherencias literarias: frases muy estilísticas, excelentemente urdidas, cargadas con frecuencia de reflexiones o connotaciones originales, filosóficas, literarias, sociológicas… Es razonable pensar que los personajes de Marcos Giralt Torrent protagonizan la obra de forma variada, en muchos casos, cruel. Analizando los diversos cuentos, el lector asiste a una variada y sorprendente imagen humana. Estamos, se dice en la contraportada, ante «los subterráneos del afecto», mundos creativos que no admiten forma común, dada la abundancia de recursos expresivos. A pesar de esta libérrima creación, elaborada con llamativa sencillez expresiva, en ella se reflejan metafóricamente los sucesos del mundo. El de la vejez se plasma descarnadamente en Sombras que reverberan , probable cima narrativa del libro. Y ello, a pesar de la tristeza que impregna sus líneas, que narran la vida triunfante y la muerte impasible. La ambientación, la llegada del final, los últimos sentimientos, la mirada lejana de la narradora, Julia, la hija escritora…hacen de ello una gran pieza literaria.