Cerrar

poesía

Por las calles oscuras del recuerdo

pequeño cuaderno eslovaco Emrique Santiago Viñas Eolas. León, 2018. 92 pp.

Publicado por
josé enrique martínez
León

Creado:

Actualizado:

D urante seis años, el profesor leonés Enrique Santiago Viñas Duque trabajó en un instituto bilingüe de Eslovaquia. La experiencia deja una huella imborrable que vierte en este Pequeño cuaderno eslovaco con el que obtuvo el Premio González de Lama, del Ayuntamiento de León, en 2018. El poemario estructurado en tres partes (pasado, presente y futuro), refleja aquella estancia con desarrollo sereno, meditativo y levemente melancólico.

«Salvar la memoria» dice el primer verso. Es el poemario de Viñas Duque una vuelta a «aquello / definitivamente / perdido para siempre». A la memoria aluden muchos poemas, sabiendo que el pasado solo lo puede reavivar «el ritmo del recuerdo», sin que el poeta evite la tenue niebla de la añoranza y la melancolía. Lo que el recuerdo aporta son los pequeños milagros de cada día: un encuentro, unas palabras en la lengua ajena o detalles docentes, con el afecto hacia aquellos que esperaban «el relato / de un personaje extraño en una lengua / para ellos más extraña todavía». Pero el simple recuerdo se trasciende hacia un significado más hondo en varios casos; así, por ejemplo, una maratón en la ciudad de Kosice se transmuta en imagen de la vida, pues «a medida que quema las etapas / van menguando sus pasos poco a poco», en camino hacia «el absurdo de la meta» que entiendo que no es otro que la muerte.

El presente es el momento de la rememoración desde la ciudad natal, donde «los pájaros sueñan hastiados hasta el alba / y sus propias alas los pierden / arrastrándolos a un cielo teñido de catedrales, / de agujas solitarias y quebradas». Estos versos parecen instalarnos en el ámbito del sueño, que aporta imágenes del pasado sobre las que algunos poemas muestran un cariz reflexivo. Quizá sea en el sueño donde cabe un retorno y un temor al regreso que puede abocar al vacío de un teatro en el que acaso «no hay ya ni papel que representes», sin que por ello se deje de visitar las «calles oscuras del recuerdo» con esa neblina de melancolía definida como «un reflejo opaco de la memoria». La tercera parte del poemario alude a un futuro en el que perviven las huellas de aquellos días en «el país del viento». Los versos, más pausados, parecen demorarse en el cultivo de determinados sentimientos que se asientan sobre un poso de tristeza, porque, al fin, se trata de una Despedida de Ítaca, aunque en sueños regrese la nave con el nuevo Ulises que es el poeta.