Magnífica suma de cuentos
LA RESIDENCIA Y OTROS RELATOS José Luis Rodríguez García Prensas de la Universidad de Zaragoza. Zaragoza, 2019. 262 pp.
L a literatura de José Luis Rodríguez García se caracteriza por su gran originalidad, como se observa en estos relatos. Sorprende el primero de ellos, La residencia , pero analizaremos el resto, aunque llama la atención la brevedad de algunos, una especie de cesura literaria. «Grândola, vila morena»…el protagonista profana por amor el espíritu de la revolución portuguesa, y sorprende la crueldad argumental de Placa número 209 . Algo parecido se observa también con las diferencias afectivas de El coleccionista de láminas y en La pequeña sastrería.
El valor del recuerdo funciona como mecanismo personal en La mujer de arena : Mientras el viejo se arregla, surge la imagen de la mujer de su vida. Y ocurre el milagro: «oye que la mujer de arena, desplomándose, lo saluda, hola, te esperaba desde hace más de setenta años». No deja de ser curioso «El pesar de la modelo», relato en el que se crea una misteriosa e imposible atmósfera amorosa. «Todos los días cuando llueve en noviembre» es literatura de raro misticismo: el abandono del tío Juan, que guarda en su habitación una botella, pero ocurre un inesperado milagro: «Y una tarde, agachada ante el ojo de la cerradura, sentí un fortísimo dolor de estómago. Estoy segura de que tío Juan, oyó el gemido que anunciaba el fin de mi infancia». Pero su marcha es inevitable.
En la obra abundan los relatos generacionales. En Noticia de un reality show , se nos narra la vida de una pareja de izquierdosos y el desenlace trágico, reflejo de un pasado mal vivido por Amelia y Lucio. Desolador es también «Se retrasa la fecha de eStreno», en el que el actor dramático, Ramiro Bardón, destruye su alma y su vida por amor al teatro. La muerte, desenlace de Las miserables gentes del sur , sorprende respecto a Adios, Buonarotti , un canto a la cultura y a la libertad, en la figura del viejo profesor ante su adiós definitivo.Cinco apartados incluye El orden de todas las ciudades , que, curiosamente, es una confesión policial.