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DURANTE DIEZ AÑOS FUE TRADUCTOR EN EL PARLAMENTO EUROPEO. gRAN CONOCEDOR DE MUNDOS LITERARIOS, Alfredo Álvarez CREA EL SUYO PROPIO EN ‘EL CAMINO DEL MAR’ (Koiné Ediciones), UN LIBRO DE RELATOS CON SARIEGOS COMO TELÓN DE FONDO. más que como territorio de la imaginación, la localidad leonesa se convierte en su herramienta más inspiradora

‘El camino del mar’ de Alfredo Álvarez

l El escritor de Sariegos, profesor en la Universidad de Alcalá, publica un nuevo libro de cuentos

Alfredo Álvarez (Sariegos, 1957) es profesor titular de la Universidad de Alcalá. En la imagen de abajo, durante la presentación del libro este pasado miércoles en la Casa de León en Madrid junto a José María Merino y Belén Molleda.

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León

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Filandón

pacho rodríguez

A l final está el principio: Sariegos. Como aquella vuelta al blues, Alfredo Álvarez volverá a Sariegos, y más que por buscar respuestas a preguntas porque encuentra explicaciones. Algunas son de las que mantienen los enigmas. Y en otros casos le sirven para entenderse. De todas formas, iría cualquiera a un sitio que regala un título como El camino del mar (Koiné Ediciones) Ese es el de su nuevo libro. Dieciocho relatos de los que, por ejemplo, José María Merino remarca el valor y riqueza de los personajes. Y como lo del título, que todo un Merino elogie un libro de cuentos es casi aún más regalo.

Alfredo Álvarez, visto por él mismo, asegura que desconoce cuándo comenzó su pasión por la escritura y la enseñanza, «pero ambas son uno de los motores más potentes de mi vida», advierte. «De niño me imaginaba como escritor y de mayor prefiero considerarme un artesano de la palabra. Procediendo de una tierra de contadores de historias, escribir relatos, novelas o cuentos lo vivo como algo natural que me ayuda a mantener a raya mis fantasmas y, a la vez, me ratifica en que las cosas verdaderamente útiles de la vida son, paradójicamente, las que habitualmente consideramos más inútiles, como pasear, abrazar un árbol, mirar un animal, contemplar la vida desde el balcón en compañía de la persona que amas, oír el mar por la noche, escribir una historia mientras los demás duermen», relata.

Regresa ahora así con El camino del mar (Koiné Ediciones), una clara alusión a su lugar de origen, Sariegos, y a una de la ruta del municipio con nombre más que sugerente. Podría ser Sariegos así su territorio fetiche literario, casi como un carácter o un personaje. «Lo local es universal. García Márquez consiguió un territorio universal a partir de lo local. Y Sariegos para mi es muchas cosas de mi vida. Es uno de esos pueblos que se hacen a partir de las historias de personas anónimas. Y aparece en mi forma de escribir y en mis historias. En el título del libro, en algunos relatos, personajes», señala.

Alfredo Álvarez es doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid y profesor titular de la Universidad de Alcalá. Hace más de veinte años que se ha especializado en Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Enseñanza y durante otros diez trabajó como traductor del Parlamento Europeo y de diversos organismos y empresas nacionales e internacionales.

El conjunto de El camino del mar es así una suma de relatos variados. «Hay cierta unidad pero no tienen nada que ver. Cada relato es diferente. Y hay dos en los que hay mucho contenido personal. Por ejemplo, en El Héroe hablo de un tío mío y de una situación muy especial. En resumen él nunca lo supo y casi ni yo la influencia que iba a tener en mi», remarca acerca de esta potente historia de su familiar, sus peripecias vitales durante la guerra y la posguerra, y Francia como conexión de ambos cada uno en su tiempo.

La trayectoria literaria de Alfredo Álvarez abarca territorios diversos que se presentan con continuidad a través de la propia mirada y curiosidad del autor. Sus primeros libros fueron El pueblo de Sariegos y Un auto de reyes de Sariegos , ambos relacionados con la historia y la antropología. Los manzanos de la razón fue su primera incursión en el mundo de la creación literaria. A esta novela le siguió La penumbra del amanecer , un conjunto de relatos de diversas temáticas. Paseo por Madrid y su (real) entorno, una guía de turismo de Madrid y las provincias que la circundan mezcla literatura y turismo a su manera. En 2006 apareció La luna de Pelayín , primera entrega de la serie protagonizada por el personaje infantil de Pelayín. A este primer título le siguieron Pelayín en las nubes , Pelayín y los Mundos Profundos y Pelayín en la Tierra de las Nieves Perpetuas , última entrega, por ahora. Las dos vidas de Isabel Tascón (2006) fue su segunda novela, en la que narra la peripecia vital de Isabel Tascón, una mujer decidida, frágil y asediada por la dureza de la vida, entre los años 1940 y 1973. Después de un parón literario, en 2020 apareció La princesa Micomico y el árbol de la luz , una novela infantil, y Muchos años después , un libro de relatos de muy diversas temáticas, prologado por José María Merino.

«La traducción ha sido una de mis pasiones y, fuera del ámbito de lo puramente profesional, he traducido al español El matriarcado , de Paul Lafargue, un estudio sobre los orígenes de la familia, Rebelión en Asturias , de Albert Camus, y Último día de un condenado , de Víctor Hugo.

«Hay otro relato -cuenta Alfredo Álvarez- que también tiene contenido personal y que se titula Vuela alto . Y que entiende todo aquel que tenga hijos. Cuando llega ese momento, que se sabe que va a llegar, en el que decide que se va de la casa familiar», narra.

Así, Álvarez parece querer siempre desenvolverse en ese camino intermedio que hay entre la realidad y la ficción. «La realidad siempre es mucho más rica que la ficción», asevera. A vueltas con el libro El camino del mar queda demostrado que la realidad a veces es la que mejor suministra la lírica o el relato literario. «Lo tengo clarísimo. Escribimos desde nuestras obsesiones», matiza el autor, que también añade que «escribir es como vivir dos veces. Al escribir lo haces a partir de tu ensoñación», afirma. Y en el caso de Alfredo Álvarez, que además es una gran amante de la música, todo el hecho cultural parece ocupar un papel importante en su existencia. Por eso es exigente. Como cuando afirma que «creo que la ficción es una construcción que debe estar cargada de verosimilitud en donde a veces lo importante no es lo que cuentas sino cómo lo cuentas. Escribir te obliga a reflexionar sobre la vida. No te deja más remedio», dice.

EL JUEGO DEL LECTOR Y ESCRITOR

A partir de ahí entra en juego la relación que surge entre el escritor y el lector. «Si consigues que el lector te quiera creer tú tienes que darle las suficientes herramientas para que así sea». Y él se siente encantado ante el reto, porque le permite desarrollar sus destrezas narrativas, en las que aspira a que sus cuentos, como los de este libro, inviten al lector a ese universo momentáneo que se crea durante la lectura.

A la búsqueda de la paradoja, se da la circunstancia de que Alfredo Álvarez, aún siendo ese artesano de la palabra que soñó con serlo y lo es, en la universidad ejerce un papel que podría entrar en conflicto con el concepto tradicional de los libros. Aunque lo explica con claridad y da ciertas claves que pueden ser útiles. «La cuestión es que la evolución puede llevarnos a pensar qué se considera que sea en un futuro un libro. Y hay cambios, se incorporan cosas. Pero yo creo que aunque es difícil saberlo los libros serán importantes. En El camino del mar hay de hecho dos relatos que abordan estas circunstancias», asegura.

De todas formas, mientras esa evolución futurista llega y además se llegue a demostrar que serán tan distópicos, siempre se podrá aprovechar la buena lectura que los dispositivos móviles permiten, sea en forma de podcast, audiolibro, libro electrónico... De hecho, Álvarez reserva un relato y un nombre para el dispositivo inseparable que es el teléfono móvil: «Es que es el nuevo sagrario portátil, el altar portátil», cuenta. Serán otros mundos literarios en los que seguro que Alfredo Álvarez se dejará embaucar, y que él en cambio arrimará a ese territorio literario infinito que para él es Sariegos.

«De niño me imaginaba como escritor y de mayor prefiero considerarme un artesano de la palabra»

«Si consigues que el lector te quiera creer tú tienes que darle las suficientes herramientas para que así sea»

«La ficción debe estar cargada de verosimilitud. A veces lo importante no es lo que cuentas sino cómo lo cuentas»

Alfredo Álvarez (Sariegos, 1957) es profesor titular de la Universidad de Alcalá. En la imagen de abajo, durante la presentación del libro este pasado miércoles en la Casa de León en Madrid junto a José María Merino y Belén Molleda.