POESÍA
lo oculto Manuel Marco Trijiano Pretextos. Valencia. 82 páginas
Por el rabillo del ojo
josé enrique martínez
L a poesía como pensamiento se titula un libro de Miguel Casado publicado en 2003, entendiendo que la poesía supera las habilidades de la razón y, a la vez, que hay una serie de poetas (Machado, Gamoneda, Ullán…) cuya poesía incide en el hecho de pensar, aunque lejos de la mera opinión o del pensamiento utilitario. Es bien conocido el hecho de que la poesía puede inclinarse sobre sí misma, pensarse; el pensamiento metapoético abarca parte de la obra de poetas como el argentino Juarroz, y es el asunto de Lo oculto , del venezolano Miguel Marcotrigiano. El título sugiere que la poesía es una indagación en algo que no es presencia, que escarba y ahonda en lo que está más allá de lo palpable, de lo visible, de la sonoridad. ¿O alude tal vez a una labor de ocultamiento, oscureciendo la recepción de lo que dice o no dice el poema?
El hecho es que la lectura no va motivada por lo emotivo y exige la relectura de cada poema para abrir en lo posible su sentido. De este modo observamos que hay una serie de ideas que se van reiterando de una u otra forma, como que «lo oculto es lo que es / y no es»; por eso no sirve un acercamiento racional, sino intuitivo: «no está / pero lo intuyes»; «lo oculto está allí / aunque no lo percibas/ puedes intuirlo…», como si lo miraras sesgadamente, «por el rabillo del ojo», o lo oyeras como un susurro. Se dice que la verdad de lo oculto mora «en lo apenas adivinado, / lo intuido / lo que aún no tiene esencia de lo cierto» o que «lo que intuimos / apenas es verdad».
Lo cierto o la verdad no es, pues, algo patente, verbalizado, «precisa de lo no dicho/ lo que sea arroja en la sombra» o, como dicen otros versos, «sólo en las tinieblas / puedo ver las esencias»; de hecho, «los poetas/ -los verdaderos quiero decir- / no quieren ver la verdad… / la ocultan». La verdad está, más allá de las palabras. Se habla, pues, del poema, de la esencia del poema, y nada del lector que, al otro lado del texto, percibe lo que es o no es auténtico, el que sanciona o no que «la honestidad no está en lo que se dice / sino en la intención / en cómo se dice».
Acaso sea esa la razón por la que el poemario consta de un prefacio y un posfacio que acerquen los poemas al lector. El prefacio de Alexis Romero dice, por ejemplo, que «el poema es la respiración de lo oculto, de lo que no decimos»; en el epílogo comenta Alberto Hernández que el poema «se lee desde los que no está. Detrás del texto está el misterio, la sombra de una voz, la poesía».