La Rusia de Putin
ANTONIO PANIAGUA
E l escritor Maxim Ósipov (Moscú, 1963) es médico, como su admirado Chejov, un escritor cuya visión de la vida ha influido poderosamente en la literatura del que es uno de los valores más sólidos de las letras rusas en el exilio. Voz de barítono y gesto afable, Ósipov es uno de los escritores que mejor ha sabido retratar la Rusia postsoviética. Vivía en la capital, donde residía con su mujer y sus dos hijos, y compró un terreno en Tarusa, a dos horas en coche desde Moscú, donde construyó una dacha, una casa para pasar los fines de semana. Pasados los años decidió mudarse a Tarusa, disfrutar de la vida provinciana y ejercer como cardiólogo en el hospital de la ciudad. La sopresa llegó cuando descubrió que el centro sanitario era un lugar destartalado donde las ratas merodeaban por los pasillos, los cables colgaban del techo y el recinto destilaba un persistente tufo a orina.
Tal era la precariedad de medios que Ósipov llevaba su propio ecocardiograma a la consulta. Con la invasión de Ucrania, Rusia se volvió aún más asfixiante de lo que ya era, de modo que Ósipov decidió emprender el camino del exilio. Al final se afincó en Ámsterdam, donde escribe y trabaja como profesor universitario de literatura rusa. Acaba de publicar en España Kilómetro 101 (Libros del Asteroide), un crudo retrato de la sociedad de su país en el que desmenuza la herencia soviética que aún pervive en la nación. En Kilómetro 101 , el escritor reúne crónicas y relatos, alumbrados entre 2007 y 2022, en los que disecciona la corrupción y la delirante burocracia, al tiempo que da fe de la humanidad de la gente sencilla. «El régimen de Putin está más cerca de los nazis que de la Unión Soviética. Al menos Stalin, al que no justifico en absoluto, estaba interesado en las artes para construir el gran estilo. Recuérdese que Stalin llamó a Boris Pasternak para que se pronunciara sobre el poeta Osip Maldestam.