POESÍA
Belleza y daño
Daisy Zamora Visor publica en Visor El encuentro absoluto
Hasta la década de los sesenta del pasado siglo la poesía nicaragüense era cosa de hombres, con la notable excepción de Claribel Alegría; pero en la citada década, las mujeres poetas cobran protagonismo, con Gioconda Belli, Vidaluz Meneses o Daisy Zamora; esta última, nacida en Managua en 1950, autora de poemarios como En limpio se escribe la vida (1988) y A cada quién la vida (1994), ha obtenido el último premio Casa de América con El encuentro absoluto, objeto de esta reseña. Como en los demás poemarios, Daisy Zamora despliega un amplio abanico temático, aunque son el amor y la pena, «belleza y daño», los ríos que fluyen con mayor continuidad; el amor porque algo hizo que dos vidas coincidieran en el tiempo para permanecer, pues «la lumbre que guardamos / sigue ardiente», con el nombre del marido de la poeta, George Evans, también poeta, viviendo en el país único «del la cual solo la Muerte / puede exiliarnos»; el amor configurado también en la inocencia de los niños…; pero siempre la pena, la desdicha o el desamor: la aflicción de los niños a los que les arrancan violentamente la inocencia; la de los jóvenes mendigos sin redención posible; la pena del desamor, con fuerte incidencia en la mujer abandonada, sumida en soledad. La mayor condena es la de la muerte; a medida que se cumplen años, se acumulan las muertes familiares o próximas: «Cada vez más convivo con mis muertos», sobre todo en sueños, «en los que vuelven, vivos, / nuestros muertos». Algunos muertos tienen nombre propio en poemas como A la muerte de Antonio Machado, que rememora el viaje del poeta hacia Collioure, o Vilma Trujillo, sobre el hecho real de la muchacha nicaragüense quemada en la hoguera por una «revelación divina» dentro de la iglesia evangélica. Otro nombre propio es el de Guaman Poma de Ayala, cronista de ascendencia incaica, que motiva un larguísimo poema. No podía quedar fuera la revolución sandinista, en la que participó Daisy Zamora, destacando el poema al Comandante Uno, un verdadero héroe contra Somoza que en 2022 murió en las cárceles del nuevo tirano; no olvida la poeta la tragedia de los migrantes que pierden identidad y patria, porque en la poesía de Daisy Zamora se unen la mirada hacia sí y hacia los otros, sin necesidad de deslumbrar, pues escribe desde la sencillez, sin recovecos ni expresiones esquinadas o almibaradas. Lo emotivo es esencial, al igual que el elemento narrativo en el que se sustenta el lado reflexivo y sentimental del poema.