Javier Castillo: «No veo peyorativo que digan que soy comercial»
Después de haber vendido más de dos millones y medio de ejemplares, Javier Castillo vuelve a las librerías con ‘La grieta del silencio’ y asegura que no ve «como algo peyorativo» que le califiquen como un «escritor comercial».
¿ Es malo ser comercial? Yo leo libros de todo tipo, y novelas mucho más literarias en la playa. Es igual que cuando se habla mal de ‘libros de playa’, pero es que los hay de todos los géneros», afirma el escritor malagueño en una entrevista con Efe. Añade que «lo mejor del mundo del libro es que no es excluyente, no es un coto cerrado, sino que cualquiera con una buena historia tiene la puerta abierta».
«Si hay libros que venden mucho, eso también permite que autores que son más experimentales tengan su puerta abierta, porque hay libros que venden más y que permiten sufragar los costes de otros que no venden tanto. Todos los autores son parte del mismo barco y, cuanta más gente vaya a las librerías, más libros habrá y más historias increíbles surgirán». Sus éxitos anteriores no le suponen una presión al escribir, algo que intenta «ni pensar». «Intento pensar párrafo a párrafo, idea a idea, capítulo a capítulo. Cualquier escritor que crea que controla las ventas de sus libros comete un error». «Lo único que controlas es cada párrafo que escribes, cada emoción que transmites, y lo que luego suceda está totalmente fuera de tu control», subraya Castillo, que se siente «agradecido» por que tanta gente crea «que han merecido la pena esos 20 euros de la novela y dedicar diez horas de su vida» a leer sus libros.
Antes de ser escritor trabajaba como analista financiero, y de esa etapa cree que conserva «la resistencia», porque trabajaba «muchísimas horas» y ahora puede pasarse «perfectamente 15 horas seguidas escribiendo» y no lo siente «como una carga». «También la planificación: planifico cada detalle, cada giro y cada aspecto de la trama, y eso me ayuda mucho luego en el proceso de escritura. Por eso creo que la gente dice que mis libros son una obra de ingeniería más que un producto literario».
En La grieta del silencio completa la saga con Miren Triggs como protagonista porque «es un personaje que tenía un arco planificado para estos tres libros (junto a La chica de nieve y El juego del alma ), aunque se pueden leer en cualquier orden».
Esa protagonista evoluciona, en la primera novela «como una estudiante de Periodismo en la universidad», en la segunda «como una periodista consagrada y también escritora» y en esta tercera «ya muy consagrada como periodista de investigación y con una personalidad muy fuerte y muy marcada, pero al mismo tiempo con esas pequeñas grietas que hacen que cada paso que da la destroce por dentro». A Castillo le «fascina» el periodismo por «el poder que tiene y lo triste que es la renuncia que estamos haciendo como sociedad a lo importante que es». «Estamos viendo cómo poco a poco se va desmantelando y perdiendo poder, y lo que es la verdad se está convirtiendo en una pseudoverdad manoseada».
«Siempre me ha generado mucha inquietud tener que leer cinco periódicos para saber qué ha pasado, y quería crear un personaje al que lo único que le importaba era contar la verdad y saber lo que ha pasado». Vuelve a ambientar una historia en EE UU, un país en el que se «han empezado a romper muchas costuras como la tenencia de armas», algo de lo que está «completamente en contra», o la carencia de una sanidad universal pública, «que es el paracaídas para muchos». Ahora que termina esta saga, asegura que tiene «muchas ideas» para el siguiente libro, que está «empezando a planear».