DIVERGENTE
Una vuelta de tuerca al Orwell de ‘1984’
Sandra Newman publica ‘Julia’, una versión en clave feminista de la distopía que ha sido aplaudida por los albaceas literarios del escritor británico
Filandón
La figura de George Orwell, uno de los escritores que mejor ha retratado el totalitarismo, no suscita unanimidades. Desde hace décadas, algunas feministas han denunciado que el escritor británico era ciego al papel de las mujeres. Tales recriminaciones se basaban en que en ‘1984’ pintaba a las mujeres como meros objetos sexuales. Quizá con la intención de mejorar esa reputación, los herederos del autor de Rebelión en la granja pidieron a Sandra Newman que alumbrara una versión del clásico, del que ahora se cumplen 75 años de su publicación. El encargo no era fútil. Newman (Boston, EE UU, 1965) es una renombrada escritora feminista que cuajó en su día una novela en la que imaginaba un mundo sin hombres. Lo gracioso es que, sin varones, todo funcionaba bastante bien. La escritora aceptó el encargo y acaba de publicar Julia (Destino), que ahora ve la luz en España. El libro se publica además acompañado de una nueva traducción de la novela original. Cuenta con un epílogo sobre los avatares que sufrió el libro con la censura en la España de Franco, además de un prólogo de la escritora Margaret Atwood. La autora canadiense empezó a escribir El cuento de la criada precisamente en 1984, y su relato tiene similitudes innegables con el de Orwell. Una y otra son ficciones distópicas que hablan de la opresión, el control de los individuos por el Estado y la lucha por la libertad en comunidades sojuzgadas. Sandra Newman supone que algunos pasajes de su novela, sobre todo los referidos a cuestiones LGTBI, serían inaceptables para Orwell. «Tenemos algunas pruebas que establecen que era un personaje bastante homófobo, probablemente debido a experiencias que le sucedieron en el internado. No lo sabemos con certeza. Es muy difícil extrapolar la obra de su contexto histórico y tratar de imaginarnos si Orwell sería homófobo hoy en día. Son preguntas interesantes, pero imposibles de responder», dice Sandra Newman.
Renovar sin traicionar
Los herederos de George Orwell apostaban por encontrar alguien capaz de acometer la renovación de la obra sin traicionar la memoria del original. A la vista de las palabras del albacea literario de la Fundación Orwell, Bill Hamilton, la familia ha visto colmada sus expectativas con la creadora de la interpretación de 1984 en clave feminista. «Estoy encantado con la imaginativa versión que propone Sandra Newman a través de los ojos de Julia», ha apuntado. Y ello pese a que la escritora estadounidense no es indulgente con algunos resabios del escritor. «Definitivamente ‘1984’ es una obra con tintes misóginos». De nuevo, Newman se siente incapaz de dirimir si la misoginia latente en el texto original es atribuible a Orwell o al protagonista de la narración, Winston Smith, que trabaja como censor en el Ministerio de la Verdad, un departamento que revisa la historia para adaptarla a las circunstancias y alianzas del presente. Para Newman, si se atiende a ciertos matices o al tono que se imprime en las descripciones, Orwell deja entrever ciertas experiencias psicológicas no muy halagadoras para el género femenino. «Es un libro de muy difícil lectura para las mujeres, pero al mismo tiempo puede ayudarlas a aprender mucho sobre la misoginia. Es solo una suposición mía, pero a través de la escritura de ‘1984’ Orwell tal vez emprendió un viaje para tratar de dejar de lado todos los conceptos negativos que tenía acerca de las mujeres».
La escritora no tiene una visión esperanzadora sobre la situación política mundial a la vista del avance de la extrema derecha y la pujanza de los regímenes autoritarios. «Hoy en día nos encontramos en un momento particularmente terrorífico, tenemos la impresión de que estamos viviendo los últimos años antes de que algo realmente terrible ocurra. Hemos llegado a un momento de consenso más o menos generalizado: el autoritarismo va a volver, ya lo está haciendo».