ENTREVISTA
«Caminamos hacia la sociedad idiota»
El profesor y formador Francisco J. López publica ‘La Roca Tarpeya’, un ambicioso repaso a la a todo tipo de acontecimientos históricos
«Si a los dieciocho años no eres comunista, es que no tienes corazón; si a los treinta, lo sigues siendo, es que no tienes cerebro. Winston Churchill. Sabe lo que le digo, que mientras el emperador del Japón, la reina de Inglaterra y Dios no se pongan de acuerdo, esto no tiene solución. Un disminuido psíquico. Los ignorantes no pueden ostentar el poder solo los sabios y la aristocracia y un barco solo puede ser pilotado por un experto ese es el capitán. Platón. ¡Ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado!, ¡más le valdría a ese hombre no haber nacido! Jesucristo. La democracia es el gobierno de los mejores. Aristóteles». Empieza fuerte Paco J. López su libro con estas citas que él define como Pilares de La Roca Tapeya. Ese es el título, que merece un espacio al margen porque en esta obra de largo recorrido podría decirse que su intención es tanto poner los puntos sobre las íes como no dejar títere con cabeza. Y es que esta gran obra, de lectura que requiere reposo aunque también sea ágil, es el particular ajuste de cuentas del profesor, su tour de force sobre acontecimientos que están en el escaparate de la historia de España y para los que él pide casi, para empezar, un sentido común que cree que ahora es una de las principales carencias de la sociedad. Y si cita disparando a lo alto, por resumir sólo añadir que invoca también tanto a Fernando Savater como a Santa Teresa, Ramón de Campoamor o Bismarck, Einstein...
La Roca Tarpeya va así de ideas y traidores: «He pretendido tratar esos temas, esas ideas y sus traidores y traerlo al terreno actual. Y entran temas de todo tipo: la memoria histórica, democrática, el feminismo, las redes sociales, la resurrección de la guerra civil...», va relatando, y ya queda claro que aborda la polémica, aunque también trate la Inquisición, por poner ejemplos de otras áreas. Y en ese escudriñar todo como una mirada general sería definir La Roca Tarpeya , según sus palabras, como «sacar a la luz la verdadera historia si por verdadera historia es rescatar opiniones tanto extranjeras como españolas», avanza López.
Si el autor cumpliera sus objetivos se respondería a una pregunta que él mismo se hace, aunque lo que mas prevalece en ella es que como todos también pisa los caminos de la utopía del conocimiento: «No puede ser que un hecho real sea de una manera para unos y de otra, para otros», dice. ¿A que les suena?, se podría añadir por cuenta de este artículo. Y es entonces ya cuando se sumerge en los hechos reales. «Yo pasé por colegios religiosos. Tengo transmisiones orales de la persecución religiosa. Con las memorias históricas de Zapatero y Sánchez sacados de las cunetas a los asesinados y me parece correcto. Pero hay que ver las otras partes, los masacrados por la República, monjas violadas, religioso echados al zoo de Madrid», y así presenta uno de los temas sobre los que profundiza en el libro, que sin engañar al lector tienen su militancia contra el gobierno actual.
Como el libro da de sí de lo lindo, de La Inquisición a la Guerra Civil, a las memorias que él pluraliza y demás, Paco López llega a estos tiempos arrasados por la tecnología y la sociedad de la información. «Las redes sociales son la droga del siglo XXI. Los medios de comunicación son el cuarto poder. Caminamos hacia la sociedad idiota. Porque hoy se está catequizando a la sociedad. Hay una tendencia a la despreocupación política y la vivencia sociopolítica porque se le lleva a la gente a pensar: qué más da si todos los políticos son iguales», relata.
La Roca Tapeya son 800 páginas con 32 capítulos, por lo que hay que tratar el libro como una exposición de largo recorrido, de lectura de días, de reencuentro con temas, y de una posición que el autor no esconde, porque prefiere caer en la contradicción de tener que rebatir al creer en el rigor de lo que ha estudiado e investigado. Paco López lo resume como declaración de intenciones subrayando que La Roca Tarpeya es un símbolo entresacado de la historia. En la Roca Tarpeya se ejecutaba a los enemigos, si por enemigos eran los que no comulgaban con la causa imperial y eran arrojados al vacío en la represión y persecución. Sobre esta máxima López afirma que «La Roca Tarpeya fue y, hoy, es, no solo un recuerdo, sino una realidad. Hago un recorrido por la Historia. Esa Historia que está ahí. Esa Historia, unas veces, puede ser real, otras, quizás, inventada. Los hechos que se sucedieron, el valor o la verdad, depende de quién los cuente y cómo y con qué intereses. Cuando nos proponemos adentrarnos en el mundo, a lo largo de los tiempos, llegamos a donde podemos llegar. No se trata de inventar. No es mi intención en este trabajo. Busco y rebusco en aquellos que son especialistas tanto de España como de fuera de nuestro país. Pretendo rescatar de la Historia lo que ha sucedido. Unos y otros, narran lo que han visto, quizás, lo que les han contado. La transmisión oral, también, es muy valida, siempre que los que transmiten hechos los pudieran vivir o se los pudieran contar, fehacientemente. En los tiempos que se suceden los hechos, los historiadores los investigan y los escriben. Los mismos hechos para los historiadores no tienen la misma visión. En las guerras, unos dan su opinión y los culpables son aquellos. Otros, dan la suya y los culpables son estos». Le queda una panorámica en la que se cumple lo de la historia repitiendo los errores. Y casi lleva a pensar que en ese mismo defecto, en el al menos detectarlo, también está el avance.
Francisco J. López Rodríguez nació en Nocedo de Curueño (León). Realizó sus estudios de bachiller en los dominicos, Colegio San Juan Bautista, en Corias, para finalizar en el Colegio Virgen del Camino, de León. «Estudié Filosofía y Letras en el Instituto Superior de Filosofía de Caldas de Besaya, en Santander, dependiente de la Universidad de Santo Tomás de Aquino, de Roma. Me gradué en Filosofía Letras en la Universidad Pontificia de Salamanca. Profesor de Lengua y Literatura en un Centro de Formación Profesional de León, así como de lenguas clásicas: latín y griego. Preparador de oposiciones para ingreso en las Administraciones Públicas. Desempeñé varios cargos directivos en Organizaciones Profesionales de la Enseñanza. Viajero por muchos países de Europa y América del Norte. Colaborador habitual de opinión en Tribuna del Diario de León», se define a sí mismo.