«Nada es lo que parece, ni el amor ni la muerte ni nosotros mismos»
ntre dualidades y perseguidas se mueve la autora, como la vida misma. Todo tiene una cara y una cruz y hay mujeres a las que persiguen y a muchas las alcanzan. Esta nueva novela de Rico se asoma a un universo ora onírico, ora real, ora en el presente, ora en el pasado. Una mujer que gana un juicio por acoso laboral y, a la vez y siglos atrás una bruja perseguida por poner en práctica sus conocimientos. Las dos huyen de la sociedad en que les ha tocado vivir y a las dos les han puesto coto.
Junto a ellas numerosos personajes, oscuros y luminosos como caras de una única moneda son los que conforman la historia que por primera vez ambienta en su tierra natal, Asturias, a modo de vuelta a los orígenes buscando el abrigo de lo reconocido. Un homenaje, plagado de guiños, a todos los que se sienten o son perseguidos por otros que creen estar en un plano superior.
Eugenia Rico, nacida en Oviedo en 1972, es autora además de
La muerte blanca
(Premio Azorín, 2002) y
El otoño alemán
(Premio Ateneo de Sevilla, 2006) entre otros trabajos, y vive la literatura como quien vive la vida, la disfruta y la sufre y de eso dice mucho su novela más reciente.
-”Para que haya un acosado tiene que haber un acosador, es la dualidad constante y por tanto inevitable, ¿... o puede haber un equilibrio?
-”Es más bien al contrario. Es el acosador el que necesita al acosado. Para sentirse poderoso y fuerte. No hay un perfil del acosado, en contra de lo que se cree. El acosado se siente culpable de serlo y los verdaderos culpables se declaran inocentes. Pero cualquiera puede ser acosado cuando se necesita un chivo expiatorio. Repito, no hay un perfil de víctima pero sí hay un perfil de acosador: alguien que se reafirma con el sufrimiento del otro. Los verdugos cambian de nombre pero son los mismos.
-”Y sin embargo, el equilibrio está irremediablemente condenado a romperse, al final es como perseguir imposibles...
-”La literatura es el arte de perseguir lo imposible y convertirlo en real. Porque lo que soñamos es real.
-”Titula su novela
Aunque seamos malditas.
¿La mujer tiene que seguir pidiendo perdón por ser?
-”La maldita es más maldita que el maldito. Mi novela habla de los perseguidos, de los acosados, de los señalados. En el libro la mujer es el símbolo de los que han perdido la Historia. El Holocausto de las mujeres, el asesinato de millones de mujeres acusadas de brujas sirve de metáfora a las injusticias que sufren otros personajes de la novela como el Farero. A las mujeres les obligan a pedir perdón. Fíjese en la reciente declaración de la Real Academia de la Lengua de que nombraba una filóloga porque no había ninguna escritora en España que mereciera el nombramiento. No critico la decisión porque yo misma considero fundamental la filología, critico cómo fundamentan esa decisión y la aseveración que hacen de que con cuatro mujeres y cincuenta y dos hombres ellos han hecho «discriminación positiva»; con este tipo de incidentes queda claro que, al menos en ciertos ámbitos literarios, no en todos, la mujer sigue siendo maldita.
-”Históricamente casi siempre ha sido la perseguida... pero ¿cuál cree que es el motivo?
-”En muchos casos la mujer no era más perseguida que el hombre, se perseguía al diferente, al más listo o más tonto, más rico o más pobre. Las grandes persecuciones se hicieron para desviar la atención de otros problemas más acuciantes, exactamente igual que ahora.
-”Y sin embargo sigue siendo la heredera de las tradiciones y su principal transmisora. ¿Por qué, entonces, no tiene un papel más importante en la sociedad?
-”Como me dijo una vez un antropólogo, por la coacción. Fue la violencia y no el hombre la que expulsó a la mujer del Paraíso. Se cree que es la mujer la que descubre la Agricultura. En el Neolítico hay poblados sin murallas en los llanos y mujeres notables en los enterramientos. Con la Edad del Hierro irrumpe la Ley del Más Fuerte. Los poblados están en los altos y amurallados y ya no hay mujeres importantes en las tumbas, sólo guerreros. La discriminación nos expulsó a todos del Paraíso.
-”¿Le preocupó que pudieran tachar su novela de literatura para mujeres por el tema que trata?
-”Para gran literatura de mujeres,
La Regenta
de Clarín. Un buen escritor si es mujer es un poco hombre y si es hombre es un poco mujer. Las grandes novelas hablan de personas, no de hombres ni mujeres.
-”Su novela es un cruce de vidas, un laberinto como el de un hormiguero. ¿El ser humano vive así, en contradicción constante?
-”Mi novela es una historia de pasiones, de vidas que se entrecruzan, es una historia que intenta demostrar que el tiempo no existe, una parábola sobre el Doble porque el Ser Humano siempre quiere ser otro y a ratos lo consigue, por eso la contradicción es un ingrediente fundamental de la Literatura y de la vida.
-”Y eso ¿nos hace ser como somos?
-”No sabemos qué es lo que nos hace ser como somos, por eso leemos novelas y por eso las escribimos.
-”Dice que es su novela más ambiciosa. ¿Qué se ha dejado en ella?
-”Mucho tiempo y todo lo que he aprendido sobre el arte de hacer novelas en más de veinte años escribiendo y publicando. La literatura es una amante celosa: para que te dé algo tienes que darle todo primero y ser muy humilde, porque el resultado no depende sólo de ti.
-”Una de las protagonistas lleva el nombre de su hija, que nació casi al mismo tiempo que usted terminó la novela, la mujer que quiere volver a empezar parece un homenaje a la nueva vida. ¿Son como dos planos de una misma realidad?
-”Es una novela de muchos planos, hay una vida oculta dentro de otra vida. Un pueblo en la superficie y otro subterráneo y los personajes son también subterráneos. Ainur al revés es Runia, como en las Sagas de Eric el Rojo. Todos los personajes tienen su revés y todas sus muchas historias son nuestra historia.
-”Otro guiño es también el lugar en el que ambienta la narración, en su tierra, Asturias, en un pueblo... Como el refugio materno ¿el ser humano tiene que volver a sus raíces o solamente los perseguidos para protegerse?
-”Las cuevas son la vagina y el útero de la Tierra en la novela y en los mitos antiguos. Se habla de un refugio y un regreso imposible, es importante no perder el Norte. Todos queremos regresar a lo que amamos (y a menudo cuando lo conseguimos nuestro dinosaurio ya no está allí) y es un homenaje a la tradición oral del Norte, literalmente la del Filandón, una mezcla de lo culto y lo popular: los cuentos de la abuela y los escritores que me han devorado el Alma.
-”Es una novela de positivos y negativos, las dos caras de una misma moneda, de luces y sombras. ¿Nada es lo que parece o sí?
-”Nada es lo que parece, ni el amor ni la muerte ni nosotros mismos. Ni en
Aunque seamos malditas
ni ese cuento que cada vez menos se creen y que otros llaman la Vida Real.