Volver al interés de los clásicos

Los amantes de las obras del prolífico Alejandro Dumas tienen en este libro un ejemplar de indudable interés tanto por su contenido como por las peculiaridades que en su tiempo presentó. Para empezar, El caso de la viuda Lafarge no llegó a publicarse en su tiempo en formato libro sino que apareció en 1866 como un folletín del periódico Les Nouvelles . Fueron en total treinta y cinco las entregas en las que Dumas rememoró un famoso crimen y su consiguiente juicio que había tenido lugar más de veinte años antes pero que, por razones que el lector encontrará detalladas en la introducción al texto, de pronto fue recuperado con cierto interés por la prensa. La protagonista de la historia (y por lo tanto del crimen) era Madame Lafarge, de soltera Marie Capelle, a quien se acusó y condenó por el envenenamiento de su marido, Charles Lafarge, hombre de modales toscos y baja extracción social, patrón de una fundición en Le Glandier.

Dumas, que conocía bien a Marie Cappelle, y a su familia, con quien estuvo unido en la juventud por fuertes lazos afectivos, escribe sobre el proceso desde una óptica muy particular. En realidad, dedica una gran parte del texto a contar la vida y milagros, diríamos hoy, de los numerosos personajes (aristocráticos, claro está) que él mismo, aunque sea traídos por los pelos, introduce en la historia. Tanto es así, que el editor de El caso de la viuda Lafarge , Claude Schopp ha creído necesario completar la obra con un glosario que abarca fundamentalmente nombres propios.

¿Considera Dumas a Madame Lafarge inocente? No se encuentra tal cosa por ninguna parte. Podríamos decir que no se aborda tal cuestión en ningún lugar. Más parece un alegato de justificación del tipo «si lo hizo, tuvo sin duda sus motivos» y, en cualquier caso, la impresión que el lector moderno obtiene es la de que Dumas utilizó en un momento determinado la historia del crimen como pretexto para escribir y, por supuesto, vender lo escrito.