Diario de León

La ceremonia inútil de hermanar palabras

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Los lugares intactos

Luis Artigue. Premio de Poesía «Arcipreste de Hita». Ed. Pre-Textos, Valencia, 2009. 78 pp.

JOSÉ ENRIQUE MARTÍNEZ

En Oporto / existe un promontorio desde el cual mirar el mundo / pues la belleza pide / nuestra comparecencia»; no me extrañaría que estos versos cobraran espacio en la memoria de todos: son hermosos y apelan al sentimiento de belleza: sólo hace falta un lugar, una mirada de amor, una luz en los ojos amados, una compañía y unos versos que sigan evocando un momento que es todos los momentos, un lugar que puede ser todos los lugares que dejaron huella en la memoria y en el corazón. Son los versos con que comienza Los lugares intactos , último poemario de Luis Artigue, que, todavía joven, ha ido haciéndose hueco en la maraña de poetas de vario tipo proponiendo una manera de hacer que en parte desentrañaremos en estas líneas.

«Finisterre es una emoción», que es como decir que no se canta el paisaje o la amplitud bravía, sino la íntima conmoción ante la «abierta inmensidad». El poeta canta desde su yo intentando suscitar su emoción en el lector. No importa el nombre o importa menos (Roma, Toronto o Aveiro), sino la sensación, la palabra que da conocimiento, que expresa una vivencia, que habla de una mirada o de dos, la del yo y la de un tú que aparece, se esconde y reaparece como testigo de amor. Sensaciones y emociones, un mundo captado por los sentidos, interiorizado, hecho emoción y después palabra. Lo que me parece decisivo es la capacidad de asombro del poeta y, asimismo, el talento para transmitirlo.

«La ceremonia inútil de hermanar palabras», pero en esa convivencia de lo disímil que la poesía arbitra, el mundo cobra sentido o se intenta que lo cobre y que no sea el sentido que todos transitan. A la armonía de lo disímil colabora un procedimiento que Artigue prodiga incansablemente: el símil, que permite unir el mundo real al imaginario, al sentimiento, a lo posible. En una poesía brillante como es la de Artigue, magnífico creador de versos fulgurantes que apuntan directamente a lo inesperado, el símil es un colaborador extraordinario: «Besarla es como dar de comer a una osa con las manos; / como beber la sangre del parto en un cuenco»; es verdad que cuando la comparación se extiende el golpe de efecto puede resultar excesivo: «el largo muelle que se adentra en el mar como un jeringuillazo / que atravesara la piel de una mujer prerrafaelista»; pero siempre tiene fuerza, como un trallazo que nos hace ver las cosas de otro modo, insólito casi siempre.

¿Por qué el poeta nombra varias veces la melancolía? Para Poe era la tonalidad propia de la poesía. «Se canta lo que se pierde», escribió Machado. Evocar un paisaje, una emoción, un estado sentimental es dar cuerpo a lo perdido, es expresar el sentido temporal de la existencia.

Luis Artigue ejerce de poeta con admirable entrega y con suficiencia. Pocos poetas con tanto afán de crear un mundo y de atraernos hacia él, hacia su poesía como casa de acogida o efecto-llamada.

tracking