Diario de León

Apenas barro bien amasado en lágrimas

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Los signos de la sangre I y II

Victoriano Crémer. Calambur, Madrid, 2009. 736+800 pp.

Victoriano Crémer. Cien años de periodismo y literatura

José Enrique Martínez (ed.). Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, Salamanca, 2009. 256 pp.

JOSÉ ENRIQUE MARTÍNEZ

L a muerte de Crémer coincidió con la publicación de dos libros que de algún modo me conciernen y que, faltando a la modestia más elemental, yo mismo voy a presentar. Se trata de sus poesías, con el título de Los signos de la sangre y de las actas del Congreso de 2007, Victoriano Crémer. Cien años de periodismo y literatura .

Un medio verso de Crémer sirvió de título para su obra poética completa: Los signos de la sangre . Yo mismo se lo ofrecí, pensando que el simbolismo de la sangre era el más representativo de su poesía vigorosa, impregnada por las vivencias de la guerra civil y de la muerte. Crémer lo aceptó gustoso. Se trata de una recopilación de todos sus libros de poesía a excepción del primero, Tendiendo el vuelo , publicado en 1928, escrito al alimón con F. Pérez Herrero y ajeno a la poesía del momento, y de El último jinete , de 2008, publicado recientemente por Visor. Aún así son más de 1.500 páginas de poesía, cuidadosamente ordenadas en dos tomos presentados en un sencillo estuche protector. Por tres días no los pudo ver Crémer, repasar sus páginas, contemplar las portadas con dibujos suyos... Los lectores podrán recrearse en poemas concretos o seguir el transcurso temporal de una poesía que se inició propiamente en 1944 con Tacto sonoro (fue un año de excelente cosecha: Hijos de la ira , Sombra del Paraíso , La estancia vacía y Espadaña ). El libro de Crémer era el más importante hasta el momento de un poeta de la posguerra. Auguraba una poesía fuerte, de tonos agrios, de ritmos variados, apasionada, desenfadada y preocupada por asuntos existenciales (Dios, la muerte natural y la de los muertos violentos...) que en Caminos de mi sangre (1947) se expresaban de forma más contundente, «tremendista», con exclamaciones e interrogaciones retóricas al Dios silencioso. Yo creo que Nuevos cantos de vida y esperanza (1951) fue el mejor libro de Crémer durante muchos años: un «cancionero de Puertamoneda» cuyos protagonistas son los pobres, los humildes, las gentes sin oficio ni beneficio, la carbonillera, la vieja de las naranjas... El poeta, fiel a su tiempo, acudía con su pluma a redimirlos. El poemario dio el tono para el resto de su producción: mayor sosiego, más meditada composición, mayor empaque reflexivo. Otros poemarios relevantes a lo largo del tiempo fueron Furia y paloma , Tiempo de soledad , Los cercos, El cálido bullicio de la ceniza , La paloma coja , La resistencia de la espiga , El palomar del sordo , hasta llegar a El último jinete que acabó arrastrando al poeta hacia otros mundos. Pero Los signos de la sangre seguirán aunando su simbolismo a las aflicciones y los deseos más hondos del ser humano y acompañarán a cualquier lector entregado al fervor de la poesía.

Cien años de periodismo y literatura recoge las ponencias del Congreso de 2007, con motivo del centenario del escritor. Su finalidad fue incardinar en el decurso de la poesía española la obra de Crémer, no demasiado presente en la poesía española actual. Ruiz Soriano y Antonio Chicharro, J. Mª Balcells y F. Presa, A. López Castro y yo mismo estudiamos la poesía española y cremeriana, Mª José Conde el teatro y Carlos Javier García-Fernández la novela: son los autores de las ponencias, a las que siguen las intervenciones en mesas redondas de Beatriz Quintana, N. Miñambres y A. Alonso Ares (semblanzas, destierros, poesía, respectivamente), Alfonso García, Xelo Candel y Ramón Villa (literatura infantil y juvenil, epistolarios y poesía y práctica) y Antonio Gamoneda, Pablo del Barco y Susana Barragués (la visión de la obra de Crémer en boca de poetas de distinta edad). El conjunto será de consulta indispensable en el futuro.

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