El extraño personaje que arruinó una vida
Luna caliente
Mempo Giardinelli. Alianza Editorial (col. A. Literaria), Madrid, 2009. 160 pp.
El arrebato amoroso tiene consecuencias imprevisibles. De ahí que el final de esta magnífica novela deje desconcertado al lector -”es lo deseado en no pocas ocasiones-” por la sugerencia de no saber hasta dónde llega la realidad de la ficción o someterse al convencimiento del sueño como metáfora de la realidad. Sea como fuere, lo cierto es que es una novela en que se utilizan diversas claves y ritmos que provocan en el lector la misma pesadilla que al protagonista y la lee con la misma intensidad con que se precipitan los acontecimientos. De ahí el acierto de su reedición -”es un clásico de la más reciente literatura hispanoamericana-” y de la posibilidad de leerla pronto en película que rueda Vicente Aranda. Ramiro Bernárdez regresa, después de haber estudiado en París, al Chaco (Argentina) [precisamente la tierra de M. Giardinelli, en la que, además de escribir, realiza una intensa labor cultural, con el fomento de la lectura como norte]. Invitado a cenar por un médico amigo de su padre, queda prendado de la belleza de Araceli, la jovencita, apenas 13 años, hija del doctor. Surge una pasión incontrolable llena de brutalidad que cambiará su vida: crímenes, huida, persecución policial-¦ «Soy un monstruo, súbitamente un monstruo. La culpa había sido de la luna. Demasiado caliente, la luna del Chaco. Sobre todo después de ocho años de ausencia». «¿Cómo es posible -”leemos-” que por su calentura se hubiera convertido en violador y asesino?». El problema del protagonista era «entender. Al menos entender. Entender por qué y cómo su vida se había arruinado en sólo tres noches de calor, de aire tórrido».
Con un fondo de erotismo, audacia y misterio, la acción transcurre a ritmo de vértigo. Pero hay tiempo para recrear muy bien los ambientes -”la dictadura argentina aparece siempre como decorado, acentuándose en algunos momentos, en los interrogatorios por ejemplo-”, con una economía de medios que llama la atención y que acredita el dominio de la lengua del novelista argentino. Esto le permite interpolar reflexiones sobre la condición humana en situaciones límite -”pasiones, miedos, violencia, huida, muerte-¦-” o metaliterarias -”Dostoievski, Kafka, Nabókov...-”. Por ejemplo.
La trama, la fortaleza y rapidez del relato, asentadas en la brevedad de los capítulos y la intensidad de los diálogos en algunos momentos, atrapan al lector desde el principio. Resulta fácil su lectura de un tirón , como le ocurrió al firmante, también por su prosa precisa, viva y directa.
Les recomiendo la obra. Seguro que agradecerán su lectura.